Después de probar tres meses, entre abril y junio de este año, los hermanos Valentín y Felipe Vargas, decidieron que si pretendían tener alguna chance de lograr las marcas mínimas que la Federación Internacional de Natación exige para clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, deberían asumir el sacrificio de entrenar y competir durante un año completo en Europa. Francia, específicamente Le Cannet, una pequeña localidad alpina que integra la famosa Costa Azul porque todo su límite sureste está delimitado por las aguas del Mar Mediterráneo, fue la ciudad elegida. Un club de ese pintoresco lugar es el que cobijó a los dos hermanos sanjuaninos quienes participarán de todas las competencias nacionales francesas y de varios torneos internacionales.
"Realmente estamos muy contentos porque nos tratan muy bien y nos han confirmado como parte del equipo del club", comentó Valentín.
"Estamos en etapa de pretemporada, nuestras jornadas son de doble y triple turnos de entrenamiento", agregó Felipe.
Los trabajos de prácticas incluyen, aparte de las labores en la piscina, jornadas con trote y gimnasio. "La idea es buscar una buena base aeróbica para afrontar el calendario", contó el mayor de los hermanos que durante varios años dieron un gran aporte a San Juan en los Torneos Binacionales de Integración Andina, como los que se iniciarán hoy en Córdoba.
Tienen la obligación de completar el 90% de la agenda de torneos
Los dos profesionales de Educación Física, apoyados por sus padres y el Gobierno provincial, encararán desde mediados de este mes una nutrida agenda de competencias. Durante el presente mes participarán de un "stage" (concentración) de dos semanas en Sant Cugat, un centro de alto rendimiento en Barcelona. "Nos servirá para realizar trabajos específicos que nos pongan a punto para el torneo nacional en pileta de 25 metros que se hará en noviembre en Montpellier", dijo Valentín.
El primer macro-ciclo de preparación culminará en diciembre, con el certamen nacional francés en pileta de 50 metros que se desarrollará en la balnearia ciudad de Saint-Raphaël.
Sus días son tan intensos en cuanto a tiempos, que no pueden saltearse ningún entrenamiento ni tampoco los imprescindibles descansos. La planificación desarrollada por los instructores del club los obligará a competir cada dos semanas. "No hay posibilidad, salvo alguna enfermedad o que los físicos sientan el rigor de entrenamientos y competencia, que saltemos algún torneo", afirmó Felipe.
Después del primer macro-ciclo de cuatro meses tendrán 10 días de vacaciones. "Son del 23 de diciembre al 1 de enero, no tenemos tiempo de ir a Argentina y creemos que nuestros padres harán el esfuerzo de venir en junio del año que viene cuando compitamos en Mare Nostrum (NdR: El torneo internacional de mayor nivel), por lo que, creo, experimentaremos unas fiestas distintas", confió Valentín cerrando la charla, tras el almuerzo de ayer.
Un 2018 muy ajetreado
Dos concentraciones, de dos semanas, en Costa Rica (finales de febrero) y Mallorca (mediados de abril), tres fechas de una competencia internacional, denominada "Golden Tour", que se desarrollarán en Niza (enero), Marsella (marzo) y Amiens (abril); dos encuentros nacionales franceses (los meeting de Montpelier a fines de enero y de Toulouse en abril), los campeonatos galos en pileta de 50 metros, que también son de carácter selectivo para lograr las marcas oficiales y la Copa Mare Nostrum que se lleva a cabo, todos los años, en Mónaco, Le Cannet y Barcelona; son las actividades de la nutrida agenda que tienen los Vargas para 2018.