Una de las obras artísticas más importantes que hizo el hombre hoy está de aniversario. Es que un día como hoy, 31 de octubre, pero de 1512, en Roma, se inauguraron los frescos de la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico, pintados por Miguel Ángel. Residencia oficial del papa, se trata de la estancia más conocida del conjunto palaciego. Originalmente servía como capilla de la fortaleza vaticana y era conocida como Cappella Magna, pero toma su nuevo nombre del papa Sixto IV, quien ordenó su restauración entre 1473 y 1481. Desde entonces la capilla ha servido para celebrar diversos actos y ceremonias papales. En 1508, Miguel Ángel recibió el encargo de Julio II de repintar el techo de la capilla, originalmente pintado como un cielo azul con estrellas doradas. El trabajo comenzó el 10 de mayo de 1508 y se prolongó hasta el 31 de octubre de 1512. Años más tarde, Miguel Ángel pintó también El Juicio Final sobre la pared del altar, entre 1536 y 1541, por encargo de Paulo III. Para alcanzar el techo, necesitaba un soporte que fuera fácil de desmontar para no entorpecer las celebraciones en la capilla. El problema fue presentado al Papa, que lo autorizó a que construyera su propio andamio. Así, creó una plataforma de tablas de madera sujetas sobre soportes creados a partir de agujeros de las paredes, a la altura de las ventanas. Al contrario de lo que se cree, no tenía que inclinarse sobre el andamio para pintar, sino que pintaba de pie. Cuando terminó el trabajo, había pintado más de 300 figuras, que mostraban la Creación, Adán y Eva en el Jardín del Edén y el Diluvio Universal. La bóveda tiene unas dimensiones de 40 metros de largo por 13 de ancho, lo que significa que la superficie pintada ocupa unos 460 metros cuadrados.
Daniel Theiler
DNI 9.902.689