Chris Froome fue, una vez más, el más fuerte de la montaña conquistando la Cumbre del Sol, lugar donde terminó la novena etapa de la Vuelta a España. El británico lanzó un poderoso ataque en el último kilómetro y entró en solitario en meta para afianzar todavía más su liderato.
La victoria de Froome empezó hace dos años. Cuando, en la edición de 2015 de la Vuelta a España, fue sorprendido por Tom Dumoulin en la Cumbre del Sol. Ayer la ronda española volvía, al lugar donde ’nació’ el holandés para las grandes vueltas y donde una espina se clavó en el cuerpo de Froome, que sigue demostrando estar mucho más fuerte que en el pasado Tour de Francia, se la quitó con total autoridad. Dio un enorme golpe en la mesa y dejó claro que esta Vuelta no se le escapará después de tres segundos puestos.
Ni siquiera un muro como el de la Cumbre del Sol pudo con su tremenda ambición. El pelotón neutralizó a la escapada del día antes de la subida final, cuyo último superviviente fue el combativo Marc Soler. Y lo hizo después de que, de manera sorprendente, el Cannondale tirara durante todo el día para mantenerlos controlados, algo que fue música para los oídos del Sky, que gozaron un día muy apacible. Y es que la confianza de los verdes en Woods era tremenda. Y con razón, como se demostraría al final en meta…En las primeras rampas de este duro puerto alicantino lo intentó Bardet, que nada tenía que perder. El francés quiso sorprender desde lejos, como el ecuatoriano Richard Carapaz, del Movistar Team. Pero los favoritos sabían que quedaba un mundo todavía. Mikel Nieve impuso un ritmo infernal y el grupo se partió en mil pedazos, haciendo una selección con los más fuertes. De la Cruz fue el primero en asomar la cabeza la punta cuando restaba menos de 1 kilómetro para el final. Parecía que la meta estaba al lado, pero las rampas del 21% convertían el tramo en una eternidad.
Froome se prendió a la rueda del español y decidió, con su habitual estilo, sentado y mirando para abajo, dar uno de sus brutales aceleradas y partió, unos metros más arriba lo alcanzaron el colombiano Chavez y el canadiense Michael Woods.
Por momentos pareció que el colombiano le haría lo mismo que Dumoulin en 2015, cuando lo superó en los metros finales. Pero Froome tenía muy bien aprendida la lección y volvió a apretar para llegar a la meta en solitario y afirmarse más en la general.