El principal paseo de la ciudad, la Plaza 25 de Mayo está siendo objeto de una restauración profunda. En este trabajo que lleva adelante la Municipalidad de la Capital, la pieza que más cuidado requiere es la escultura de la fuente. Por eso se convocó al artista plástico Hugo Vinzio Rosselot para supervisar los trabajos, además de la intervención como veedora de la Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino (Accodepas), presidida por el arquitecto Jorge Cocinero, que sigue la remodelación para que respete el diseño original de la plaza.
"A la fuente había que hacerle una restauración muy importante, al ser de hierro fundido y al estar con agua permanente ha tenido un desgaste propio de esa función" comentó Cocinero a DIARIO DE CUYO al referirse a la icónica escultura que tiene platos y cuatro figuras infantiles en la base, mide 3.20 metros de alto, pesa más de una tonelada y fue realizada en Francia, en la fundición de arte Val d"Osne, e inaugurada en San Juan en 1871, en el gobierno de Valentín Videla (colaborador de Domingo F. Sarmiento). La restauración se realiza en el lugar, sólo fueron retirados los sapitos de bronce, que no vinieron de Europa, sino que son de autoría de Miguel Ángel Sugo.
"Pedimos un protocolo y convocaron a Vinzio, nosotros lo aceptamos. Estamos controlando los trabajos que se están realizando y todo se fue realizando a medida de lo previsto" dijo Cocinero.
En una primera etapa se realizó la limpieza de la pieza con un hidro-arenado, por ser el menos agresivo, y sirvió para quitar "una costra de barro, sarro, pintura y la grasa que genera la polución" dijeron los expertos.
"La fuente ha sido maltratada en otras épocas, por querer restaurarla no se estableció un criterio, entonces en otro momento se usó arenado en seco, que noto de ojo de experto nomás. Y después, esta la obsesión que se tiene de tratar de hacer parecer bronce y no dejar que el material se exprese en su condición natural" opinó Vinzio, quien continuó detallando cómo continuará la restauración desde aquí.
"Sobre esa base limpia se hace un desengrasado, con químicos regulados, que no presentan ningún peligro para la escultura ni para los operarios; y en este caso se usará thinner. Después se hace la desoxidación, para que no siga actuando el óxido sobre la pieza, luego un tratamiento fosfatizante y se aplica una pintura especial para neutralizar el óxido", explicó Vinzio.
La limpieza dejó ver en la pieza algunas fracturas y orificios circulares, que tanto Cocinero como Vinzio aseguran que son de balas. "Son de la época de Cantoni, cuando todo se arreglaba a los tiros", expresó el artista. Al parecer, en alguna lavada de cara de la fuente, esos orificios fueron rellenados con masilla epoxi y Vinzio sugiere ahora arreglarlos con soldadura, algo que se evaluará en los próximos días, según contó.
"Es el problema de esos orificios que el epoxi dura poco y se va a colar agua por ahí, si es que ya no estuvo entrando; y eso produce una oxidación interna. Lo aconsejable sería rellenar esos orificios con metal" aseguró el escultor.
Después de esta serie de pasos, vendrá una importante "decisión estética": si se dejará la superficie de la fuente en color hierro, como era originalmente, o si se la dará color bronce. "A mi juicio, propongo que se la deje en su estado natural, como fue fundida, como fue pensada. En general a este tipo de esculturas se las deja que oxiden con el tiempo, porque le da carácter a la pieza. En la estatuaria mundial hay una norma, que es que el material se exprese por su propia naturaleza" opinó Vinzio. "Si quedara hierro, se hace un laqueado que dura un año, considerando el infame sol de San Juan, el frío y el agua; o sea que al año se para la fuente, se seca y se da una mano de laca. Y si se decidiera darle color, contra mi voluntad, la patinaría yo, con pigmentos para imitar un bronce viejo, y también llevaría una laca final; aunque la patina también dura poco, se descascara", dijo.
Es la segunda vez que se le encarga a Vinzio la restauración de una pieza histórica. La primera fue cuando se encargó de arreglar la escultura de la "Loba Capitolina", que está en Plaza Italia, después de que una patota arrancó la escultura de hierro fundido y nunca se encontró una pata, que Vinzio reconstruyó desde cero.
"Pienso que si yo fuera autoridad, sacaría de la plaza la fuente, la llevaría al Museo de la Historia Urbana, porque San Juan no tiene muchas cosas pre terremoto del ’44 y la preservaría como pieza histórica, entonces quizás llamaría a un concurso público para hacer una nueva, porque esta pieza con el tiempo se va a terminar de deteriorar" expresó Vinzio que no se animó a dar fechas de finalización de la restauración, puesto que el avance está unido a la obra general de la plaza y de la base de la fuente.