La venta callejera de empanadas y pizzas, se hizo común, ante la falta de trabajo.

 

Desde el nacimiento de nuestro país, la actividad política mostró características singulares. Eso no cambió con el transcurrir del tiempo. La Nación vive agitada, de manera constante, por los políticos que luchan de forma encarnizada por obtener el poder y gobernar al pueblo argentino. Esto a despecho de sus prédicas pre electoralistas. En ellas ofrecen una sorprendente similitud en donde el más allá o el después, es la mentira. Cuando un político-funcionario deja su cargo porque termina su mandato, empieza una mejor calidad de vida. Increíblemente viven con más comodidades que antes de ser funcionarios. Incluso hasta tienen nuevos emprendimientos y todo lo que implica tener más dinero (¿?). Mientras todos aquellos que perdieron el trabajo por la grave crisis que estamos viviendo, transitan un calvario de necesidades y privaciones, un camino que desemboca en la nada. Es aquí en donde hace su aparición la "vocación” de vendedor ambulante que tiene la necesidad de salir adelante honradamente, sin esperar un plan social, que sólo sirve para comprar voluntades por parte de los políticos.

En medio de la crisis nace un nuevo "pizzero” o "vendedor de empanadas”, de fabricación casera con sabor a necesidad y resignación, pero repito, honrado. La crisis despierta al nuevo "gastronómico”, que lejos está de ser afiliado al sindicato, y si, casi una aproximación al estómago, para llenar las exigencias del hambre. La función social de las pre pizza y de las empanadas, crea la posibilidad de unas mejores y solidarias relaciones en la vecindad. Genera unas monedas de alivio al vendedor y una ligera economía en el comprador. La grieta, ante el sosiego del espanto, tiende a suavizarse. La idea del "rebusque”, que se ha incrementado últimamente, y que ningún trabajador quiere, está haciendo una constante del sobrevivir, en un país en donde la crisis económica, moral, social y de credibilidad nos daña a todos por igual.

 

Por Leopoldo Mazuelos Corts  –  Dirigente vecinal