Memoria, práctica, conocimiento de algoritmo y desafiarse constantemente. Esos son algunos de los requisitos para ser un experto en el armado de los cubos Rubik. Gabriel Muro y Luis Ortega son adolescentes que contaron cómo se volvieron fanáticos de este rompecabezas mecánico tridimensional que no pierde vigencia aunque pasen las generaciones.
Ambos tienen 16 años y desde muy pequeños intrusearon en Internet para conocer cómo podían resolver todo el cubo y no sólo una cara. "Cuando me compré el primero no paré; ahora tengo más de 25 modelos", contó Gabriel, quien además sostuvo que la clave es conocer los movimientos y la ubicación de cada figura.
Si bien la definición de algoritmo es compleja (conjunto ordenado de operaciones sistemáticas que permite hacer un cálculo y hallar la solución de un tipo de problemas) no es necesario aprenderla de memoria sino llevarla a la práctica y resolver el cubo en el menor tiempo posible.
Gabriel tiene en su lista personal el récord de 8 segundos para resolver el de 3×3, que es el cubo tradicional, mientras que Luis empleó 18 segundos. "La competencia siempre es con uno mismo pero ayudarnos entre nosotros es la clave para seguir progresando", explicó Luis y agregó que cuando uno de los chicos se traba le dan "tips".
En San Juan, al menos 20 chicos son los que se juntan periódicamente para intercambiar modelos de Rubik y experiencias en el armado. "Hay cubos que cuestan 50 pesos y el último que ha salido cotiza en dólares, alrededor de los 40", destacó Gabriel.
Cuando dieron el por qué de tener tantos modelos (cubos, pirámides, hexágonos, etc) dijeron entre risas que es una cuestión de cariño y que así recuerdan cuánto les costó resolverlo. Es decir, los usan y los coleccionan.
Las variables del Rubik se llaman 2×2, 3×3, 4×4, 5×5, Megaminx, Ivy, Mastermorphix, Pyramorphix, Pyramorphix duo, Sqare-1, Redi, entre otros. Luis y Gabriel, que hacen maravillas con el cubo entre sus manos, aseguran que hay que tener memoria visual y muscular para darle velocidad al movimiento. Además el reto no sólo está en hacerlo en el menor tiempo posible sino que, por la experiencia, le agregan más desafíos como resolverlo con una mano o haciendo malabares, por ejemplo.
Boquiabertos quedan los que pudieron ver en vivo y en directo cómo los chicos resolvieron los cubos. Ellos destacaron que además de desarrollar capacidades motrices e intelectuales, crean grandes grupos de amigos con esta actividad.
- Filmación y edición: Marcos Carrizo.
