La sombra del asesinato de Mahatma Gandhi se sigue cerniendo sobre el Tribunal Supremo de la India 70 años después del suceso. Esto es así, debido al pedido de un particular para que se reabra el caso frente a la que se oponen los familiares del padre de la patria, cansados de las teorías de conspiraciones. El 30 de enero de 1948 el integrista hinduista Nathuram Godse disparó tres veces a quemarropa al adalid de la lucha pacifista. Fue cuando éste iba a dar un discurso ante una multitud en el jardín del palacio Delhí, en el que vivía y hoy es un museo.

Godse, asesino confeso, y su colaborador Narayan Apte, que siempre insistió en su inocencia, fueron ejecutados por la muerte del padre de la patria, el 15 de noviembre de 1949. Sin embargo, el ingeniero Pankaj Phadnis no está conforme con ese final. La casualidad llevó a Phadnis a alquilar en 1996 la antigua vivienda de uno de los acusados por el caso, V.D. Savarkar, posteriormente absuelto, y con la entrada en su nueva morada en Bombay le asaltó la curiosidad por el caso. Entonces comenzó una investigación personal de dos décadas.

 

Consultó documentos en registros indios y británicos. Habló con diversas fuentes y su conclusión fue que el asesinato, uno de los más famosos de la historia, no se investigó hasta el fondo.

Phadnis alega que hay una serie de pruebas que no fueron tenidas en cuenta. Cree que pudo haber un segundo asesino y una supuesta cuarta bala disparada desde un arma distinta a la de Godse, quien, de acuerdo con la versión oficial, disparó las tres balas que impactaron en el cuerpo de Gandhi.

Cuatro reporteros de diferentes medios, cuenta Phadnis a EFE, afirmaron haber oído ese día cuatro disparos -algo no corroborado, por estar todos ellos muertos-.

Una persona de confianza de Gandhi confirmó en un diario el hallazgo de una cuarta bala cuando estaban lavando su cuerpo. El móvil del crimen, en opinión de Phadnis, fue evitar un presunto viaje de Gandhi a Pakistán y detrás habría estado, por tanto, alguien que no quería una mejora en las relaciones entre los dos países, separados un año antes con el fin de la época colonial británica.

“Los británicos tenían el móvil porque iban hacia una bancarrota financiera y tenía sentido para ellos crear enemistad entre la India y Pakistán, para poder exportar tanto a la India como a Pakistán”, explica el ingeniero. Las conjeturas de Phadnis no convencieron al Tribunal Superior de Bombay, que desestimó su solicitud de que se reabriera la investigación. Pero el investigador ha seguido hasta la máxima instancia para que el Supremo estudie su petición.

El máximo tribunal decidirá el 19 de febrero, pero las valoraciones previas apuntan a una nueva desestimación. El bisnieto de Gandhi, Tushar Gandhi, ha salido públicamente a afirmar que el cuerpo de su bisabuelo sólo tenía tres heridas de bala y aseveró que si los británicos lo hubieran querido matar, lo hubiesen hecho antes de la independencia de la India, un año antes. En opinión de Tushar, si se nombrase otra comisión para reinvestigar el caso, ésta se vería “forzada a escuchar este tipo de teorías fantásticas”, creando “confusión” sobre lo que realmente pasó.

 

Noemí Jabois  – Agencia EFE
 

— FOTO —

Preciso instante en que Gandhi cae muerto en el jardín del palacio Delhi, ante la multitud que esperaba su palabra.