Protagonista de una ascenso fulgurante, el socioliberal Emmanuel Macron se convirtió ayer, a los 39 años, en el nuevo y más joven presidente de Francia al superar ampliamente en el balotaje a la ultraderechista Marine Le Pen.
Con el 93 por ciento de los votos escrutados, el ex ministro de Economía obtuvo el 65,05 por ciento de los
votos en la segunda vuelta de las presidenciales, frente al 34,95 por ciento de su rival, la ultraderechista
Marine Le Pen. El balotaje, que transcurrió sin incidentes de importancia, estuvo marcado por una participación históricamente baja de en torno al 75 por ciento.
Líderes europeos festejaron la victoria de Emmanuel Macron en las elecciones francesas y la consideraron un voto por la unidad e integración de Europa, como también un golpe a las fuerzas políticas que quieren desintegrar a la Unión Europea.
Macron, un exministro de economía de 39 años que urgió a Francia a acoger a la Unión Europea y la globalización, derrotó a la nacionalista de extrema derecha Marine Le Pen. Ella fustigó a la Unión Europea y a sus políticas de fronteras abiertas durante la campaña, prometiendo poner primero a Francia, un mensaje que hizo recordar al del presidente Donald Trump antes de llegar al poder en Estados Unidos.
El triunfo de Macron apareció acompañado de un fortalecimiento del euro, que hoy superó los 1,10 dólares por primera vez desde las elecciones de Estados Unidos y subió a un máximo de un año contra el yen después de conocerse datos de la victoria de Macron.
Con un breve y solemne discurso grabado, Macron celebró su victoria y prometió luchar ‘contra todas las formas de desigualdad‘ y que terminará con las ‘divisiones que llevaron a algunos a optar por un voto extremista‘ y ‘abrir una nueva página de esperanza‘.
‘Voy a defender a Francia, sus intereses, nuestra identidad, su imagen, la Unión Europea. Nuestra civilización esta en juego‘, afirmó y se comprometió en un mensaje integracionista a ‘reconstruir el vínculo entre Europa y los pueblos que la componen, entre Europa y sus ciudadanos‘. Poco después y, quizás revigorizado por la multitud que festejaba su triunfo, dio otro discurso en la explanada del museo del Louvre, en el que intentó acentuar su porte y su mensaje como el próximo presidente de Francia.
Con el triunfo de ayer, el exministro de Economía e Industria del actual gobierno socialista de Francois Hollande se convirtió en el presidente más joven de Francia. Hasta ahora ese título lo ostentaba Napoleón III (Louis-Napoléon Bonaparte), quien fue electo en 1848 como primer presidente de la II República francesa a los 40 años.
Pero la victoria fue contundente no sólo por la edad de Macron, sino por la amplia mayoría que obtuvo. Por eso, pocos minutos después de conocerse los sondeos de boca de urna, Le Pen reconoció su derrota con una breve declaración desde su bunker de campaña, en el que calificó el resultado de ‘histórico‘.
Macron ganó ayer, varios meses antes de cumplir 40 años, como un centrista que rompió con el sistema constituido, evitando la oleada de nacionalismo económico y político que ayudó a Gran Bretaña a votar por el ‘Brexit‘ y a Donald Trump a ser elegido presidente de Estados Unidos. Su elección representa un cambio generacional largamente esperado en la política francesa, donde las mismas caras han dominado durante años.
Será el líder más joven en las principales naciones del Grupo de los Siete (G7) y ha sido comparado con otros jóvenes, como el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el ex primer ministro británico Tony Blair, e incluso el fallecido presidente John F. Kennedy de Estados Unidos. Muchos atribuyen el asombroso ascenso de Macron a un anhelo profundo por un rostro fresco, junto con un raro mensaje de optimismo en un país que ha estado obsesionado con el declive nacional. Agencias