El sanjuanino Nicolás Tivani (Corretec- Selle Italia) no culminó ayer la totalidad del recorrido de la 106 edición del Giro dell’Emilia (1.1) clásica del calendario rutero italiano e internacional, que ganó el esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma), sobre su compatriota y principal adversario Tadej Pogacar (UAE Emirates), en una definición al sprint de un grupo reducido de escaladores, que sobrevivieron a las cinco ascensiones al Santuario de Madonna di San Luca, ubicado en la cima de la colina Colle della Guardia; una escalada de 2 km de longitud con pendiente promedio de 9% pero con varios segmentos por encima de 12% de inclinación, que se caracteriza por ser muy explosiva y en cuya cima estaba la línea de meta.

Roglic, ganador de la última edición del Giro de Italia, se impuso por tercera vez en esta competencia, a cuyo escalón más alto del podio subió, también, en 2019 y 2021.

Antes de ponerse en marcha la prueba, Roglic anticipó su salida de Jumbo-Visma, el equipo que dominó las tres grandes del año, siendo la última la Vuelta a España que consagró al estadounidense Sepp Kuss y en la que finalizó tercero por detrás de su también compañero danés Jonas Vingegaard.

Anters de largar la prueba, Roglic confirmó que se alejaría del equipo neerlandés: "Puedo confirmarles que dejaré el equipo y después de las pruebas que correremos en Italia les diré dónde seguiré", comentó.

Roglic volvió a reinar en San Luca, tras resistir los embates de su compatriota Pogacar en los últimos metros para defender la victoria y la pieza gigante de mortadela que se le entrega al ganador como curioso premio adicional.

El pedalista esloveno irá ahora por una nueva victoria, que podría ser una de las últimas con sus actuales compañeros, en el Giro a Lombardía, que se disputará el próximo sábado y en la que nunca cantó victoria.

Tivani, por su parte, como todos los velocistas hizo su aporte para ayudar a su líder Valeri Conti, quien culminó 39no a 3m36s; y luego, como ocurrió con medio centenar de ciclistas hizo abandono de la prueba.