La dirigencia de Independiente consiguió un remanente de 330 entradas y esa noticia generó un nuevo caos entre los hinchas en el hotel de Río de Janeiro.

 

 

 

 

Es que varios simpatizantes quisieron entrar a la zona del lobby para pedir por los tickets y la seguridad tuvo que responder con gases lacrimógenos para evitar un posible desmadre. Por suerte, no hubo heridos y todo volvió a la normalidad.