El ingeniero Antonio Pronsato, exfuncionario que encabezó la unidad ejecutora de Energía Argentina Sociedad Anónima (Enarsa) a cargo del proyecto del Gasoducto Néstor Kirchner, negó ayer ante la justicia haber presionado para beneficiar a alguna empresa, informaron fuentes judiciales con acceso al expediente en el que se investiga si hubo irregularidades en la licitación de la obra.
Pronsato declaró como testigo, bajo juramento de decir verdad, ante el juez federal Daniel Rafecas y negó haber sido objeto de tráfico de influencia o negociación incompatible por parte de algún funcionario para beneficiar a alguna empresa en la licitación, según detallaron las fuentes que están al tanto la declaración.
El exfuncionario explicó además que su renuncia se debió exclusivamente a las demoras en las tomas de decisiones requeridas para avanzar con la obra, que comenzó a advertir desde mediados de abril de este año, y por la notoria falta de coordinación entre los organismos intervinientes, según pudo reconstruir la agencia de noticias Télam.
En la parte más "técnica" de la declaración, el ingeniero explicó que los caños de 36 pulgadas son los más eficientes y adecuados para la obra, descartó la posibilidad de usar chapa naval y fundó el rechazo a pedidos de prórroga de otros posibles oferentes de caños en la premura de ejecutarla.
También advirtió que en la licitación de válvulas ningún oferente cumple con los plazos de entrega exigidos, dijeron las fuentes.
Esta declaración se produjo luego de que el viernes último el exministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, negara que la licitación hubiera sido direccionada en favor de la multinacional Techint.
"En ningún caso me consta que se hayan producido hechos de corrupción", sostuvo el exministro ante el juez Rafecas.