Gracias al trabajo del Comité Organizador Suizo y del Comité Científico presidido respectivamente por Simone de Montmollin y François Murisier, Ginebra se convirtió en la capital mundial de la vitivinicultura del 15 al 19 de julio pasado. Allí emitió 19 nuevas resoluciones respecto al sector vitivinícola. Con el tema central "Preservar e innovar: expectativas ambientales, económicas y sociales", los debates del congreso de la OIV se centraron en particular en el cambio climático, al cual la vid es muy sensible, el desarrollo de productos (terroirs, origen, La salud y la calidad alimentaria de los productos de la vid, el contenido de azúcar, los alérgenos) o la protección de la vid con la pregunta muy actual de la gestión de los insumos. Este tópico también fue el tema de una conferencia pública titulada "Enfoque razonado de los aportes: contribuciones de la ciencia y la percepción del consumidor" el día de apertura de la conferencia. La presidenta de la OIV, Regina Vanderlinde (en la foto), destacó la excelente calidad de las 348 presentaciones técnicas y científicas, algunas de las cuales provinieron de países como Japón y Nepal. El Director General de la OIV, Pau Roca, quien en la ceremonia de apertura presentó una revisión de la situación mundial del vino, felicitó a la organización suiza por este extraordinario congreso, que es el cuarto más importante en cuanto a presentaciones desde Los últimos 10 años. Los documentos para los cuales los autores han dado su acuerdo de publicación estarán disponibles en septiembre en el sitio web de EDP Sciences Web of Conferences. En consonancia con el enfoque sostenible de la Organización, este 42º Congreso fue el primer congreso de la OIV "sin papel" y también vio el uso por primera vez de una aplicación en la que era posible consultar Toda la información relativa a los eventos y trabajos científicos presentados.
La 17ª Asamblea General de la OIV concluyó la semana de trabajo científico con la adopción de 18 nuevas resoluciones. Los textos completos de las resoluciones adoptadas se publicarán próximamente en el sitio web de la OIV. Con respecto al cambio climático, una de las principales preocupaciones del sector, podemos destacar la resolución que define la selección de variedades y policlonal de vid para variedades con alta variabilidad genética, y un protocolo para salvaguardar y conservar la diversidad intrarregional. Las expectativas de los consumidores y el uso reducido de quimicos, es otro tema que también se encuentra en el centro del debate y que se abordó en otra de las resoluciones. Al respecto, establece una práctica innovadora que permite, entre otras cosas, reducir la carga microbiana de microorganismos, especialmente levaduras, y reducir las dosis de SO2 utilizadas durante la elaboración de vinos. La Asamblea de la OIV también marcó la transición de Suiza a Chile, el país anfitrión del 43´ Congreso Mundial de la Viña y el Vino, que se realizará del 23 al 27 de noviembre de 2020, en Santiago.
El movimiento en dinero del sector
Otros datos que se conocieron en el Congreso Mundial de la Viña y el Vino estuvieron referidos a un informe sobre el dinero que mueven las exportaciones e importaciones y otras cifras interesantes de la actividad vitivinícola.
El informe muestra varias cifras interesantes, considerando la producción, la venta y el consumo de vinos en todo el mundo. Por ejemplo, da a conocer que el año pasado se registró una de las producciones más altas desde el 2000, con un volumen de 29.200 millones de litros (17% más que en 2017). En ese total, los países que se impusieron fueron Italia, con 5.480 millones de litros, consagrándose como el mayor productor mundial; Francia, con 4.860 millones de litros; España, con 4.440 millones, y Estados Unidos, con 2.390 millones. De este lado del mapa, nuestro país lidera el continente: en Argentina, se elaboraron 1.450 millones de litros, mientras que en Chile fueron 1.290 millones. La lista sigue con Sudáfrica y sus 950 millones de litros, zona algo perjudicada por una sequía que impactó en el volumen producido. Detrás está China con 910 millones, también experimentando una caída en el rendimiento de sus uvas (produjo un 22% menos que en 2017).¿Y qué pasa con el consumo? Los estadounidenses fueron los mayores consumidores, un podio que no abandonan desde 2011: en el país del norte se tomaron 3.300 millones de litros durante 2018. En los siguientes puestos aparecen Francia (2.680 millones de litros), Italia (2.240 millones), Alemania (2.000 millones) y China (1.790 millones). Los números presentados por la OIV indican, además, que el comercio internacional de vinos disminuyó levemente en comparación a 2017, pero aumentó su valor; en total, hubo movimientos por 31.000 millones de euros correspondientes a 10.800 millones de litros. La mayor parte de ese vino es embotellado (63% contra 33% a granel) y tranquilo (54% contra 9% de espumante). En materia de exportaciones e importaciones, en el informe se alistan los mayores vendedores empezando por España (2.110 millones de litros de vino), Italia (1.970 millones) y Francia (1.410 millones). Los que más compran, por su parte, son Alemania (1.470 millones de litros), Reino Unido (1.320 millones), Estados Unidos (1.150 millones), Francia (710 millones) y China (690 millones). Por último, gracias al balance podemos saber cuánta tierra destinamos a los viñedos. A nivel global, sin especificar el destino final de las uvas e incluyendo las plantas que aún no están en producción, la superficie de vides alcanza las 7,4 millones de hectáreas. España tiene el mayor territorio cultivado (969.000 hectáreas), con China (875.000) y Francia (793.000) detrás. Eso sí, aunque los chinos no encabecen este ranking, son los que más plantaron entre 2017 y 2018: crecieron en más de 10.000 hectáreas.