José Luis Gioja salió a la puerta de la sede del PJ, en la calle Matheu, y cruzó a Luis Barrionuevo, que fue nombrado interventor. “No estamos atrincherados”, gritó, rodeado de los militantes y en medio de los empujones. En paralelo, el juez Marcelo Martínez Di Giorgi había firmado la orden de desalojo del edificio, a cargo de la Policía Federal.

 

“Les pido disculpas por la situación. Lo que hace la policía no es lo mejor, entiendo que cumplen su tarea, pero esto es una metida de cola, me da mucha pena lo que está pasando”, dijo sobre la decisión de la jueza de ordenarle a los oficiales impedir que nadie entrara al edificio. Y aseveró: “No estamos atrincherados”.

 

El diputado avisó que iban a dejar el edificio y, media hora después, con la orden de desalojo sobre él, salió caminando junto a sus allegados. Consultado por qué había tomado la decisión de marcharse, explicó: “Ya terminé de trabajar”.

 

 

 

 

 

A su vez, subrayó que mañana “apelarán la medida de la Justicia”, que designó al gremialista como interventor, y que respetarán la decisión final que se tome. A su alrededor, el clima era de tensión. Militantes, periodistas y otros dirigentes se apretaban en torno a la entrada del edificio, en Matheu 130, para escuchar sus palabras. A los gritos, sostuvo que habrá una reunión con dirigentes justicialistas, con quienes se encontrarán “en paz”.

 

Horas antes, el líder de los gastronómicos se presentó en la comisaría 6ta. y denunció que el diputado estaba en su oficina y no quería salir para cederle la conducción del partido.

 

Según constató la policía, Gioja no abandonaba el lugar, por lo que la jueza pidió a los efectivos que impidan que nuevas personas entraran al edificio. Por esa razón, el dirigente estaba en una disyuntiva: si se iba no podía volver a entrar, por eso se demoró su salida.

 

Durante la tarde, y pese al operativo de seguridad, manifestantes intentaron ingresar a los empujones. Algunos con éxito, otros atrapados por los policías, se vivieron situaciones de tensión a lo largo del día. Finalmente, a la noche, la Infantería logró controlar el caos que se había generado.

 

Un nuevo interventor

 

Esta mañana, la jueza Servini de Cubría aceptó la medida cautelar solicitada por los sindicalistas Carlos Acuña (estaciones de servicio) y Oscar Rojas (maestranza), que habían pedido que se declara la situación como “estado de acefalía”.

 

Servini dictó la intervención del partido y nombró a Barrionuevo, que ahora tendrá como tarea “producir los actos necesarios tendientes a la normalización partidaria”.

 

Asimismo, el extitular de la CGT Azul y Blanca “deberá realizar un inventario de bienes muebles e inmuebles del Partido Justicialista Orden Nacional, como así también deberá informar sobre la situación económico-financiera de la entidad”.

 

Ante este panorama, Gioja destacó que habló con Barrionuevo, que pidió que le entregan el partido. “Le dijimos que en la resolución judicial aparece nada más un Luis Barrionuevo y no da un documento de identidad ¿Qué sé yo si es él?”, se burló.

 

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Publicado por Diario de Cuyo en martes, 10 de abril de 2018