La Oficina Anticorrupción (OA) de Argentina, que depende del Gobierno, dejará de intervenir como querellante en las causas penales en las que se investiga a funcionarios y exfuncionarios públicos, por lo que derivará los casos a la Fiscalía y redesignará su personal, según lo dispuso en una resolución oficial.

"Habrá de disponerse el desistimiento del rol de querellante en los procesos penales en los que se interviene en tal carácter", indicó en una providencia el titular de la OA, Félix Crous, que

asumió el cargo con la llegada a finales de 2019 de Alberto y Cristina Fernández como presidente y vicepresidente del país, respectivamente.

Y ordenó poner a disposición del Ministerio Público Fiscal de la Nación documentos relativos a esos procesos en los que hasta ahora la OA se había presentado como querellante. La OA intervenía como querellante en varias causas donde miembros del Gobierno anterior, entre ellos su presidente, Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), actual vicepresidente, están involucrados, como el caso de los cuadernos de la corrupción, pero también contra el expresidente Carlos Menem (1989-1999).

Crous argumentó su decisión en base a una evaluación que indicó que "para que la Oficina Anticorrupción pueda desplegar su potencial para impulsar un cambio sistémico, debería hacer más visible su papel

como diseñadora y asesora de políticas". Y "desarrollar una estrategia de comunicación dirigida a clarificar y enfatizar su rol preventivo". También, en restricciones presupuestarias, entre otros aspectos.

Fuente: Efe