Gregorio Badeni. 

En la madurez de la vida intelectual, Gregorio Badeni se focalizó de tal manera en la defensa doctrinaria y profesional de la libertad de prensa que sería difícil decir con quién otro, entre los juristas de su generación, podría haber una mayor deuda de gratitud del periodismo argentino. Han sido enormes sus contribuciones a esa libertad estratégica y, por consiguiente, a las demás instituciones de la Constitución. Al distinguirlo, en 2017, con el Premio Chapultepec, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) declaró que Badeni, "con erudito fervor, había favorecido en la Argentina y en otros países de la región a que los ciudadanos, los periodistas y los medios de comunicación gocen de mayores garantías para buscar y difundir información".

Badeni tenía realizada, al promediar los cuarenta años, una carrera relevante como profesor universitario. Estaba enrolado en la corriente liberal que encarnaban Carlos Muñiz, Alberto Rodríguez Galán, Juan R. Aguirre Lanari, Arturo García Rams y, sobre todo, Segundo Linares Quintana. Para esa generación en despedida, el derecho constitucional es una disciplina integrante de la ciencia política: visión legada por Domingo Faustino Sarmiento, sobre cómo la política condiciona el derecho positivo.

Para Alberto Spota, otro destacado constitucionalista, Badeni se vinculó en 1987 con la asociación nacional de diarios y revistas, conocida como ADEPA. Desde entonces anudaría, durante treinta años, una relación con el periodismo que cristalizaría en su libro "Derecho de prensa”. Fue una relación que trascendió del ámbito de los diarios y revistas y desplegó su último capítulo con la revolución de las comunicaciones, al incorporarse a las plataformas digitales y sus periodistas como protagonistas de la lucha por libertades que son, decía Badeni, siempre base de toda sociedad liberal y democrática.

Impartió la docencia como una feliz gratificación, en grado poco común, en las universidades nacionales de Buenos Aires y de La Plata, y en la Universidad Católica Argentina y en la del Salvador, entre otras casas de estudio. Había sido secretario de la Cámara Federal Penal, creada en 1971 para entender en delitos subversivos. Ese tribunal juzgó y condenó, hasta su disolución, en el breve interregno del presidente Cámpora, a cabecillas de las bandas terroristas de la época.

La ciudad de Buenos Aires proclamó en 2016 "personalidad destacada de las Ciencias Jurídicas” a quien había coronado su copiosa obra con los tres tomos del Tratado de Derecho Constitucional.

Ahí se despliega en plenitud el pensamiento de quien ahondó en la cuestión de la separación de poderes, expuesta por Montesquieu y perfeccionada dos siglos después por la escuela que siguió Linares Quintana, su suegro y maestro. Fue el aporte, con harta frecuencia violentado por gobiernos retardatarios del progreso moral, de que la separación de los poderes exige equilibrio, coordinación y controles recíprocos. Confinado desde hace meses al lecho de enfermo, lo angustiaba la imposibilidad de sumarse a la movilización por evitar una nueva depredación de la política en la Justicia.

Badeni siguió de cerca el desenvolvimiento de la convención constituyente de 1994, en Santa Fe. Acompañó a algunas autoridades de ADEPA, con la voluntad de que se reconociera el secreto profesional de los periodistas, como ocurrió, y se evitaran lesiones al espíritu republicano del cuerpo dogmático de la Constitución de 1853/60. Había nacido en Varsovia, Polonia, el 6 de enero de 1943. Falleció el pasado lunes 14 de septiembre de 2020.