Un clima sumamente caldeado se respiró el jueves en el tercer piso del Rectorado de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). Es que en la última sesión del Consejo Superior, la consejera Laura Garcés rompió en llanto luego de sentirse acusada de corrupta por su par Mónica Morvillo, con quien mantuvo una acalorada discusión. La tensa situación llegó a tal extremo que la mujer tuvo que retirarse acompañada por otra compañera. Sucede que Morvillo, quien además es número dos del gremio Adicus, había lanzado duras acusaciones contra los integrantes del órgano legislativo de la casa de altos estudios, a los que había tildado de autoritarios. A todo eso, el decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Rodolfo Bloch, aseguró que está cansado de las actitudes de la sindicalista y se mostró dispuesto a iniciar el proceso para suspenderla o desplazarla. De esa magnitud fue el escándalo en el órgano más importante de la universidad, cuya característica debe ser el debate y la exposición de ideas.
Todo estalló cuando la consejera Silvia Lara trajo a colación el tema de las conflictivas elecciones de diciembre en DAMSU. En su discurso, le apuntó a Morvillo, quien era apoderada de la lista que respondía a la anterior conducción de la obra social universitaria y que quedó afuera del comicio, dado que esta última había tratado a los miembros del Consejo de “totalitarios” por una supuesta intervención en dichas elecciones. La consejera le aclaró que la composición del órgano es democrática y le solicitó a la gremialista que “ratifique o rectifique su opinión”. Si hace lo segundo, “que lo publique en los mismos medios donde difundió esta injuria”. En cambio, si sostiene sus dichos, pidió sanciones disciplinarias “por haber atacado a una de las instituciones centrales de la UNSJ”.
Frente a la embestida, Morvillo respondió que “se está planteando una medida disciplinaria a quien piensa distinto. Yo me he aguantado los calificativos en este Consejo Superior y cada uno tiene su conducta y su forma de opinar. Pero estoy segura del doble discurso de esta universidad”. Además, resaltó como “conducta totalitaria”, el hecho de “no dejar hablar a quien opina diferente, aunque lamentablemente sea la única”. No sólo eso si no que dijo que los órdenes del día “son todos iguales. No tenemos idea sobre los temas que se van a presentar y esto es una manipulación política de los mismos”. También hizo alusión a que la universidad está emitiendo certificaciones dudosas o ilegales.
Mientras tenía la palabra uno de los oradores, Morvillo entabló una dura discusión con Garcés, quien no pudo contener las lágrimas y se retiró en compañía de la consejera Rosa Mercado. Al alejarse, Garcés exclamaba “basta de tratarnos de corruptos e imbéciles”.
La discusión se puso aún más tensa cuando Bloch, decano de Exactas, le apuntó directamente a la secretaria Adjunta del sindicato Adicus, ya que remarcó que “este Consejo tiene un palo en la rueda permanente que es Mónica Morvillo”. En ese marco, agregó que “es incompatible su pertenencia a este cuerpo con estas actitudes, todo tiene un límite. Si no pide disculpas, este cuerpo tiene que tomar una decisión, el artículo 63 del estatuto universitario habilita al cuerpo a suspender a un consejero o a desvincularlo, es decir, echarlo de la institución. Si esto continúa así, voy a proponer esta medida que tiene que ser aprobada por la asamblea universitaria, pero me animaría a proponerla porque estamos cansados”.
Morvillo redobló la apuesta e hizo hincapié en que “me hago cargo de todas mis opiniones, tengo libertad para expresarme”.
Comicios en DAMSU
El 30 de abril se llevará adelante la elección para designar tres miembros del Consejo Directivo de DAMSU: un representante docente, uno no docente y un jubilado, más sus respectivos suplentes. Zulma Corzo y Mónica Morvillo habían intentado frenar el acto a través de una acción judicial, pero la misma fue desestimada.