Especialistas destacaron ayer el aumento de las denuncias de grooming, el acoso a un menor a través de medios digitales.
La jefa de la Fiscalía en Cibercrimen de Buenos Aires, Daniela Dupuy, señaló a la agencia oficial de noticias Télam que en 2017 se reportaron 121 denuncias de grooming en la ciudad, mientras que en el primer semestre de este año ya suman más de 70.
Hasta la sanción de la Ley de Grooming, el 13 de noviembre de 2013, fueron escalando los casos reportados de pornografía infantil en el país de forma exponencial. Dupuy señaló que hubo 21 denuncias de pornografía infantil en 2013 frente a los 2.509 de 2014, los 5.683 de 2015, los 8.796 de 2016 y más de 20.000 en 2017, según datos de la Fiscalía en Cibercrimen porteña, donde confluye la información de todo el país.
En lo que va de 2018, los casos de pornografía infantil suman 40.982 y se proyecta para final de año una cifra de casi 49.000, precisó. Sobre el mecanismo que los delincuentes ponen en acción tanto en casos de grooming como pornografía, la fiscal explicó que pueden dividirse en cuatro etapas. La primera es aquella en la que un adulto se hace pasar por un menor y comienza a tener un vínculo en la red social con su posible víctima, luego está la etapa en la que el delincuente busca hacerse amigo y le pregunta, por ejemplo, en qué horarios del día está sola. En la tercera fase inician las conversaciones de contenido erótico, para que el menor le pase fotos o videos. Luego citó una cuarta etapa: cuando el adulto extorsiona al menor. "Si no me mandás más fotos, todo lo que me enviaste se lo muestro a tus padres", explicó la fiscal.