El mundo actual nos lleva a vivir bajo presión y a toda velocidad, lo que supone un constante desgaste físico, mental y emocional.
Las personas con facilidad para relajarse ante las adversidades de la vida desarrollan menos problemas derivados del estrés, que si bien es un proceso natural del cuerpo, podemos tenerlo bajo control.
Con sólo hacer un cambio de hábitos saludables, podremos mejorar la forma de encarar el día y manejar el estrés.
Hábitos para vivir más tranquilo
1. Comer con moderación y de manera saludable
El ritmo de vida acelerado influye en la alimentación porque hace que no tengamos tiempo para comer bien e incluso, saltemos comidas.
Una alimentación saludable ayuda al organismo a obtener los nutrientes necesarios. Sin embargo, existen algunos alimentos que contrarrestan los niveles de estrés y cansancio.
Para compensar, es conveniente aumentar el consumo de espinacas, arándanos, salmón, arroz, leche, chocolate amargo y té verde.
2. Hacer ejercicio
Mantenerse activo es beneficioso para el cuerpo y la mente. Hacer deporte o cualquier actividad física promueve la liberación de endorfinas, lo que ayuda a sentirse más feliz. A su vez, también mejora el rendimiento físico y respiratorio.
Además, al liberar la tensión, aporta sensaciones de bienestar y regula el sueño. También contribuye a reducir los niveles de estrés y reduce el grado de agresividad.
3. Descansar bien
Es importante dormir bien por la noche porque durante el sueño el cerebro organiza la gran cantidad de información a la que estuvo expuesto durante el día.
Ese proceso permite que el cuerpo pueda recuperarse del estrés y de los impactos producidos por las tareas del día. Es decir que se restablece el estado físico y mental.
Por otra parte, hay estudios que demuestran que dormir en pareja puede ayudar a disminuir la sensación de estrés al aumentar la producción de oxitocina y descender los niveles de cortisol.
El buen descanso es tan importante para los adultos como para los niños. La cantidad de horas de sueño recomendadas sea diferente en cada caso: los adultos deben descansar entre 7 y 9 horas al día, los adultos mayores de 7 a 8 horas, los adolescentes entre 8 y 10 y, finalmente, los niños de 8 a 12 horas.
4. Yoga y meditación
La práctica de estas actividades se ha vuelto cada vez más popular justamente porque son muy efectivos para reducir el estrés. Los gastroenterólogos, por ejemplo, recomiendan hacer yoga para evitar la gastritis nerviosa.
Por otra parte, un estudio presentado por la Universidad Nacional de Seúl en Corea del Sur, concluye que la práctica de meditación mindfulness, a largo plazo puede ser una posible estrategia de tratamiento en poblaciones clínicas con depresión y ansiedad.
5. Escuchar música, cantar y bailar
La ciencia ha demostrado que la música tiene un efecto tranquilizador ya que relaja y despeja la mente, generando la secreción de enzimas cerebrales que producen bienestar.
En el libro “Cómo ser feliz según Don Quijote“, su autor, David García-Rodrigo Roquero, indica que la música y el canto incrementan las emociones positivas y la motivación. Este efecto conlleva la producción de endorfinas que alivian la ansiedad y disipan el dolor.
Cuando cantamos también debemos controlar la respiración, así, el oxígeno fluye por el cuerpo haciendo que se relaje. También favorece la producción de endorfinas y oxitocina, por lo que alivia la ansiedad y el estrés. Incluso, en algunos casos, mejora los síntomas de depresión y soledad.
Al bailar, la música influye en el ritmo cardíaco y respiratorio. Además, calma el hemisferio izquierdo del cerebro encargado de funciones reflexivas, dando paso a la emoción y la intuición.