Boca ganó en San Pablo y, por primera vez habrá una final argentina en la Copa Libertadores de América. Y no será cualquier final, será el Superclásico entre los dos máximos exponentes del fútbol albiceleste. Boca-River, en el primer partido, el próximo miércoles y River-Boca, posiblemente el martes 27 de noviembre.
Un gol anulado al Palmeiras, a instancias del VAR, por posición adelantada de Deyverson, quien tiró el centro que conectó Bruno Henrique, marcó el inicio de un partido al que Boca salió a jugarlo con mucha determinación. Bien plantado en la mitad de la cancha, presionando la salida del local y acelerando cuando recuperaba la pelota, obligaba a Palmeiras a abusar del pelotazo.
Tras algunos tibios intentos, llegó el gol de apertura. Lo marcó "Wanchope" Ábila, empujando al fondo del arco un centro rasante enviado desde la derecha por Villa. Recién iban 18 minutos. En poco más de un cuarto de hora Boca logró lo que había ido a buscar, marcar un tanto y obligar a Palmeiras a meter cuatro. De ahí hasta el entretiempo, a Palmeiras no se le cayó una idea y los argentinos se esmeraron en no cometer errores.
Los paulistas salieron con otra actitud en la segunda mitad. Aprovecharon una siesta de Boca y a los 7 minutos, Luan consiguió el empate parcial. Ocho minutos después, Izquierdoz, el mejor jugador de la cancha cometió un penal sobre Dudú, que el paraguayo Gómez cambió por gol. Quedaba media hora y los dueños de casa se ilusionaron. Le habían robado la pelota a Boca y lograron quebrarlo con mucho enfasis y poco fútbol. Esa enjundia le permitió creer que se podía, pero chocaron, primero con una solvente tarea de Rossi y la firmeza de la zaga xeneize, especialmente Izquierdoz, impasable por arriba y por abajo.
A los 25 minutos, Benedetto que había ingresado nueve minutos antes, con un remate cruzado desde la puerta del área acalló al estadio y puso una lápida a las expectativas brasileñas.
Poderío ofensivo
Boca pegó primero
La actitud de Boca fue, en todo momento, ofensiva. Salió con tres puntas bien definidos y con la decisión de achicar la cancha hacía adelante para recuperar rápido y habilitar enseguida a sus delanteros. Ábila anotó tras una gran jugada a los 18 minutos.
Autoridad y decisión
Cuando más complicado se había puesto el trámite del partido, con Palmeiras envalentonado por la victoria parcial (2-1), Boca mantuvo la cabeza fría y sacó provecho de las ansiedad de locales. Benedetto hizo un golazo y se acabaron las palabras.