Es lamentable lo sucedido. Ciberpiratas dejaron sin su plataforma digital al emblema de investigación, desarrollo y extensión rural más importante de Latinoamérica: el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

El mismo organismo informó que desde la hora 11 del pasado sábado, "hemos detectado un ataque a nuestros servicios informáticos institucionales". 

No es la primera institución pública ni privada en el país en recibir este ataque terrorista, pero sí la más costosa en cuanto a la dimensión de extensión alcanzada por INTA, incluso para las escuela rurales aisladas de enseñanza técnica. 

Según investigaciones de medios como Infobae, "se habla de la existencia de un grupo del exterior que ingresó a los sistemas del organismo y bloqueó web, mail y la conectividad de todas las unidades del país. También se pide un recate de 2,5 millones de dólares para normalizar los servicios".

"Desde ese momento hemos activado los protocolos de seguridad y la conformación de un equipo de gestión de la contingencia encabezado por la DNA SITyP junto a especialistas y en comunicación estrecha con la Dirección Nacional de Ciberseguridad de la Jefatura de Gabinete de Nación", señala la carta enviada a los empleados del INTA y filtrada al diario porteño. 

El INTA suspendió gran parte de todos los servicios y para dimensionar parte del daño "se detalló que la infraestructura tecnológica del organismo es compleja y brinda servicios a una red de más de 400 puntos nacionalmente y a cerca de 7.000 personas".

Argentina debe avanzar de manera decidida en proteger sus acciones y avances en materia de investigación y desarrollo y, sobre todo, prevenir este tipo de acciones, que es lo más inteligente, económico y humano.