Lewis Hamilton (Mercedes) vuelve a disfrutar de una pole position, siete grandes premios después. Desde Montmeló, hace casi tres meses, el piloto inglés no lograba finalizar primero una sesión de clasificación. Lo hizo en Hungaroring, donde es básico salir primero, después de jugar al gato y al ratón con Max Verstappen (Red Bull), que partirá tercero, con opciones disminuidas de ganar. Fernando Alonso (Alpine) saldrá 9.º, y Carlos Sainz (Ferrari), 15.º.
Volvían los bólidos a la pista y a encontrarse Hamilton y Verstappen después de la polémica de Silverstone, que acabó con el inglés vencedor y el neerlandés en el hospital. En los ensayos previos, una sesión para cada uno de los tres grandes (Bottas, Lewis y Max), y en la clasificación para determinar la parrilla, todo en el aire.
Empezó marcando el territorio el neerlandés de Red Bull, que estableció en la Q1 su mejor crono de todo el fin de semana, un disuasorio 1m16s214, siete décimas menos que su anterior mejor crono. Hamilton se acercaba solo a 2 décimas y Bottas a tres. Sainz lograba alcanzar un gran cuarto puesto, a 4 décimas del líder.
En la Q2, cambio de referente. Hamilton era quien marcaba el mejor tiempo, con Verstappen a dos décimas y Bottas tercero. La nota negativa era el trompo que sufría Sainz en la última curva antes de la recta, a falta de 6m40s para la conclusión de la manga. El madrileño destrozó el Ferrari y se quedó en el puesto 15.
El accidente ocasionó una bandera roja que paralizó momentáneamente la sesión. En la reanudación hubo sacudida en la clasificación: Verstappen volvía a lo más alto al calzarse el neumático blando –con el que tomará la salida-, Norris segundo, Gasly tercero, Alonso quinto y Hamilton sexto –con la goma media, y estrategia diferente al Red Bull-. Así que en la carrera habrá tácticas diferentes entre los dos favoritos.
En la definitiva Q3, Hamilton se llevó el gato al agua en el primer intento con un fabuloso 1m15s419, que era 4 décimas más rápido que el crono de Verstappen. Bottas se situaba segundo, a 3 décimas de su compañero.
En el segundo intento, el inglés jugó como quiso con el neerlandés. Salió antes a pista el Mercedes, justo por delante del Red Bull, que no se atrevió a adelantarlo. Hamilton, un zorro en estos juegos, ralentizó muchísimo el lanzamiento de la vuelta, Max no se decidía a adelantarle, se mantenía paciente detrás, y cuando el inglés tiró, con el tiempo justo, los neumáticos estaban tan fríos que ninguno mejoró el crono. Incluso Checo Pérez se quedó sin tiempo para hacer la segunda vuelta.
“No es lo que queríamos, pero estamos ahí, terceros, a ver lo que podemos hacer”, se resignaba Max Verstappen, que pone en juego su liderato en una pista donde es muy complicado adelantar. Y más desde el tercer puesto, con los dos Mercedes delante.
“Ha sido una vuelta de clasificación increíble, con un gran trabajo de equipo, incluido Valtteri. Nunca me he sentido tan bien con los abucheos”, decía Hamilton, irónico con los silbidos que le regalaba el público neerlandés, mayoritario en las gradas de Hungaroring.