El vice de la Unión Industrial Argentina y titular de la Coordinadora de las industrias de productos alimenticios (Copal), también tiene a su cargo la organización argentina del Business 20 -que representa a los empresarios del grupo de países del G20-, y del cual uno de los encuentros será en mayo en la provincia de San Juan. En una entrevista con DIARIO de CUYO anticipó datos de los foros que tendrán participación mundial (ver página 7) y habló sobre la situación económica del país, las economías regionales, inflación, dólar, paritarias y hasta corrupción. Solamente evitó responder una pregunta, sobre la importación de vinos y su impacto en el viñatero.
-¿Cómo ve el mundo a Argentina?
-No le cabe duda al mundo la transformación de actitud que ha tenido el país, de respeto a la legalidad, institucionalidad, iniciativa privada. Estuve en Davos, un foro muy sensible a la iniciativa privada y el hecho de haber salido del default, haber liderado normas sobre giro de dividendos, de respetar los contratos y de garantizar la separación de poderes, todo fue percibido como un cambio de actitud importante. Hay conciencia de que hay que revertir este stock de años de no crecimiento, de aumento de deuda publica. Si es con gradualismo o shock, a algunos les gusta más el shock, pero la verdad es que los ajustes estructurales tienen que ser hechos pensando en los equilibrios sociales.
-¿A usted en particular le gusta más el gradualismo o el shock?
-No soy ni político ni economista. Lo posible para concretar la transformación del país y lo más rápido posible pero preservando el equilibrio. Yo hubiera querido una reforma impositiva de tramos más cortos. El sector de alimentos que represento tiene el 40% de carga tributaria y la bebida, más del 50%. En una botella de agua mineral, la mitad es impuesto. Que querría, está claro. Ahora, qué se puede; es otra cosa. Tenemos un problema de competitividad. Las economías regionales necesitan recomponer competitividad sistémica, no solo con la paridad del dólar, con el tema tributario, logístico, costos laborales, salariales, acceso al crédito y a los mercados. Es un conjunto de cosas que Argentina debe hacer, cuanto más rápido lo haga es mejor, pero dentro de lo posible.
-¿Qué opina sobre San Juan que plantea desigualdades por no estar dentro del Plan Belgrano?
– Debemos buscar eliminar asimetrías e incentivar aquellos sectores que tienen asimetrías. Hay asimetrías que por cuestiones de distancia o de otra naturaleza obligan a contemplarlo. Entonces, sáquele las cosas distorsivas y por otro lado, estimule la participación activa. Si no es el plan Belgrano, que sea el que tiene que ser para acceder a los puertos de exportación más rápidos y a menor costo. Tenemos los fletes internacionales que triplica a quintuplican el costo mundial.
-¿La Nación debe buscar incentivos?
-El problema está puertas afuera de la fábrica y entonces hay que tomar medidas. Pero debemos llevar propuestas concretas, no se trata sólo de protestar sino de proponer. Lo que hay que buscar es que todos los sectores puedan desarrollarse, esto no quiere decir que todos vayan a recibir lo que quieren pero sí que reciban lo razonable.
-¿Cómo pueden lograr competitividad las empresas hoy día con altos costos internos?
-En tipo de cambio soy de los que cree que hay que mirar la competitividad sistémica. Si arranca subiendo sólo el tipo de cambio lo único que consigue es inflación, y a los pocos meses está igual. Salvo que la devaluación sea un salvajada, sino miremos la crisis profunda de 2001 y 2002. Debemos evitar las crisis, pero con una política clara y para eso efectivamente las economías regionales están en una situación mas compleja y hay que ayudarlas. Los incentivos no sólo tienen que ser por cuestiones de rentabilidad sino por crecimiento, inversión, proyección de exportaciones. Debemos abrir los mercados, pero también tener los productos y a un costo que nos permita exportarlos, porque si no sería calamitoso como negocio.
El déficit fiscal debe ser compatible con la realidad del mundo, con una tasa de interés acorde. La inflación con una tasa de dos dígitos es incompatible con la realidad de países desarrollados y para la búsqueda de inversiones.
-¿Qué sugiere?
-Esto hay que discutirlo a nivel nacional y provincial, hay que hacer mesas de concertación competitiva mucho mas fuertes. Hemos pedido mesas de concertación para todas las industrias de Copal y algunas ya están trabajando, como la de carne. La eliminación de Ingresos Brutos debe llevarse a la práctica rápidamente. Lamentablemente algunas provincias lo aumentaron. El efecto de ingresos brutos es muy perjudicial. Es una cacería de fondos y hay provincias casi malditas y a la corta o larga las va a desnudar desde el punto de vista de la producción. Los gobernadores tienen que encontrar esos programas de competitividad, porque sino habrá potenciales mercados pero no habrá producto para exportar a precio competitivo.
-¿Está de acuerdo con el impulso minero que le quiere dar el gobierno a San Juan?
-En Davos y en Londres donde se convocaron a más de 120 empresarios para un acercamiento con el B20, los mayores ejes de la preocupación de inversión estaban en energía, infraestructura y minería, y después, alimentación.
-¿Se ve el túnel a Chile como obra estratégica para el país?
-Sí, se ve claramente. Argentina se ha dado cuenta del atraso importante en infraestructura. Nos impresionaban con supuestas obras que se inauguraban y nos parecía que todo estaba bien, pero evidentemente el país debe dar un salto en infraestructura, ese es el primer peldaño al desarrollo. Y la infraestructura implica conectividad, acceso al Pacífico y entrada a nuevos mercados. La salida al puerto de Buenos Aires responde a una lógica Atlántica, y el mundo ya no tiene la misma lógica.
-¿Tardarán en llegar las inversiones?
-No vienen al ritmo esperable y deseable por las posibilidades que tiene la Argentina. Pero en industria de alimentación hay comprometidas inversiones de más de 5 mil millones de dólares para los próximos años. En el campo de energías alternativas es tremendo el empuje inversor y en minería hay mucho en la medida que el país tenga racionalidad. Si al día siguiente de firmar contrato de radicación le invento un impuesto nuevo, todo eso ahuyenta.
El empresario busca estabilidad, política y económica. Esa percepción de línea clara genera confianza en todo el mundo. Está claro que el inversor no viene a hacer política pero viene a ver cómo funciona la política.
-El dólar está bien a este precio o el gobierno debe seguir tocándolo hacia arriba?
-Hay que compatibilizar la variable cambiaria con los costos internos para no inflacionar la economía. Hay otros mecanismos que pueden compensar desfasajes por la vía de incentivos, sector por sector. No todos tenemos la misma estructura de costos y la misma incidencia de la paridad cambiaria.
-Frente a los casos de Etchevere y el bono de La Rural, Aranguren con Shell, Triaca y la empleada, y las cuentas de Gilligan, ¿con la corrupción este gobierno es activo o inactivo?
-Hay una oficina anticorrupción y la UIF que están muy activas y son dependientes del poder político. En segundo lugar, la justicia no depende del gobierno y está actuando. Y en tercer lugar el gobierno no ha escondido ni tapado los problemas, y según la magnitud de los mismos, la reacción de la sociedad también está marcando las consecuencias. Gilligan tuvo que renunciar porque a la sociedad no le quedó clara su actitud y el gobierno tuvo que responder a esa necesidad.
-¿Está bien el piso de 15% en paritarias?
-El sector privado va a llegar a acuerdos en el orden de lo razonable. No soy partidario de decir que no se va a cumplir la pauta inflacionaria. Si no, levantamos la expectativa y gana la sensación térmica. Debemos entender que la inflación no se va a eliminar por decreto, requiere de una política de estado en cuanto a gasto publico y una política coherente de los actores en la paritaria.
-¿Debe haber cláusula gatillo?
-La ponga o no la ponga, uno al final debe adecuarse a la realidad. Si las previsiones se van a un lado inadecuado, se va a tener que sentar a negociar. Pero si la paritaria se fija alta y después no se cumple la previsión, está encareciendo el costo de trabajo que es el más caro de América latina, y está erosionando competitividad.
Daniel Funes de Rioja es el chair del B20, secundado en los secretariados por Carolina Castro y Fernando Landa.
El 18 y 19 de mayo, el B20 en San Juan
-¿Por qué se eligió a San Juan?
-Me siento muy identificado con el entusiasmo y el compromiso, creo que la Nación debemos hacerla entre todos. Cuando informe a la Unión Industrial de San Juan fue una de las provincias más entusiastas en pedir espacio para Cuyo, y eso hay que reconocérselo a su titular, Hugo Goranzky. Lo que si decimos es para la región, es para Cuyo, y queremos una convocatoria amplia en ese sentido.
-¿Cuál es la importancia del B20?
-El marco jurídico del G20 lo dan los gobiernos. El área del B20 propone recomendaciones para que sean incluidas en los documentos finales del G20.Ya empezaron a trabajar en 8 grupos de trabajo. Comercio e inversión, liderado por Paolo Roca, Financiamiento para infraestructura, liderado por Eduardo Eistein; Energía, liderado por Miguel Gutiérrez, presidente de YPF y Economía digital e Industria 4.0, a cargo de Marco Alperini, de Mercado Libre. También esta Alimentación Sustentable, a cargo de Luis Pagani, Pequeña empresa, al frente de Inés Berton de Tealosophie; Empleo y Educación, liderado por Martín Migolla y Anticorrupción y Compliance, a cargo de Jorge Mandelbaum, de CIPPEC.
-¿Quiénes vienen?
– Ya hay 1.500 registrados en el B20, de todo el mundo. La participación femenina es menor al 30%. Los mas activos son chinos, estadounidenses y europeos. Tenemos una participación notable de empresas mexicanas y brasileñas y de Chile a través de la Confederación de Producción y Comercio.
-¿Cuáles son los objetivos?
-El B20 nos da una voz empresarial y nuestro compromiso es en un primer nivel, global. Como argentinos debemos entender que tenemos derecho a participar en los más altos foros de los países que representan mas del 80% del producto bruto mundial. El segundo nivel es regional, América Latina. México, Brasil, Argentina tenemos un compromiso de trabajar juntos. Y el tercer nivel es el Foro de Líderes nacionales, que se reunirá en abril con el Banco Mundial en EEUU, después otro encuentro en París en mayo y luego en octubre, otra cumbre en Buenos Aires. Otro órgano son los foros en las provincias.
-¿Qué busca el B20 en las provincias?
-Conectar al empresario pyme, al común, del interior, que no va a venir a las reuniones y teleconferencias mundiales. El 6 de marzo vamos a estar en Salta, el 5 de abril en Córdoba y el 18 y 19 de mayo en San Juan. Pretendemos que en Argentina el G20 no sea un fenómeno de élite, sino de conectar al país con el mundo y viceversa. Que la sociedad se de cuenta que el camino del progreso pasa por el desarrollo y para ser desarrollados debemos ser actores en el mundo.