Numerosas especies de la fauna autóctona de la provincia han sido víctimas en estos últimos años de un implacable exterminio provocado por cazadores furtivos que, sin tener en cuenta el daño que cometen, han estado actuando impunemente ante la escasa acción oficial. A este fenómeno hay que sumarle los problemas ambientales y de escasez de agua que se traduce en una menor cantidad de lagunas, humedales, represas y otros reservorios que sirven de bebederos naturales a los animales que llegan hasta esos sitios, para que puedan proliferar en condiciones normales.
En el día del animal es necesario hacer un reconocimiento de la adaptación de varias especies autóctonas a las condiciones ambientales y a la poca contemplación que han recibido por parte de los acostumbrados depredadores que no tienen en cuenta la fragilidad de los ecosistemas y eliminan especies solo por diversión.
Es lamentable que la crónica diaria de cuenta de los cruentos ataques de los cazadores furtivos, o de la mortandad de animales que no alcanzan a encontrar el sustento de agua y comida que asegure su supervivencia. A esto también hay que sumarle la emigración o muerte de animales por la tala indiscriminada de árboles, que eliminan el hábitat o modifican deliberadamente la geografía o ámbitos naturales que durante años fueron ocupados por determinadas especies de animales.
Los casos de depredación de la fauna más comunes en la provincia incluyen aves como el benteveo y el corbatita, a tal punto de que están muy cerca de su extinción. Otros de los animales amenazados son las vicuñas, perseguidas por su lana; la iguana, el cóndor, el zorro colorado y las tortugas terrestres. Las liebres maras también son objetivos de los furtivos, al igual que el ñandú y el guanaco.
Hay distintas formas de contribuir con la conservación de la vida silvestre en la provincia, pero en todos los casos es importante aprender de los expertos aquellas pautas que ayudan a una efectiva preservación. Se debe inculcar el aprendizaje de la forma de rescatar animales que están en riesgo y a cuidarlos durante un tiempo para luego restituirlos a la naturaleza. Otra forma de protección es promover planes para la reproducción en cautiverio y contribuir a la disminución de la tala de árboles con el reciclaje de la madera y demás derivados. Hay que evitar también producir deshechos que puedan afectar el hábitat natural y contribuir a restaurar los ecosistemas.
Por otra parte está el cuidado de los animales domésticos y las acciones a favor de los que son considerados callejeros. Respecto de los primeros hay que tener en cuenta que se ha comprobado científicamente que tienen un impacto positivo en la vida de los seres humanos. Es por ello que es necesario otorgarles una buena calidad de vida basada en afectos. En este sentido no solo hay que promover su tenencia responsable y sus cuidados, sino también destacar la importancia que tienen en la vida de las personas.
