Ya prácticamente en la etapa final del presente ciclo lectivo, conviene realizar una evaluación del estado en que se encuentran los edificios escolares a fin de aprovechar el período de receso de verano para que el Ministerio de Educación del Gobierno de la provincia, a través del área encargada del mantenimiento de la infraestructura escolar, dispongan un plan de trabajo tendiente a mejorar el estado de aquellas escuelas que no cumplan con los requisitos mínimos de confort y equipamiento para el dictado de clases.

Desde hace tiempo se conoce que una buena infraestructura educativa está vinculada con un menor ausentismo del personal docente, mayor nivel de permanencia por parte de los estudiantes en el sistema educativo y mayor rendimiento académico, porque la infraestructura y los servicios cumplen un rol motivacional y funcional.

Para la mayoría de los pedagogos, la infraestructura de la escuela es un factor importante porque produce una mejor actitud en los estudiantes hacia el aprendizaje y facilita el proceso de enseñanza. Una mala infraestructura escolar puede llegar a tener incidencia negativa en el proceso enseñanza-aprendizaje con una baja en el nivel académico que luego se hace muy difícil de recuperar.

A pesar de la permanente labor de mantenimiento que el gobierno provincial realiza en los 367 edificios escolares, que albergan sólo en el Nivel primario a más de 71.000 alumnos, este año fueron muchas las quejas de padres, docentes y alumnos por el mal estado de algunos establecimientos escolares. Fallas en los servicios básicos de electricidad y de agua potable, como también la falta de vidrios en ventanas, calefacción en invierno o ventiladores en verano y de mobiliario adecuado fueron algunos de los puntos señalados. En otros casos también hubo requerimiento de material didáctico, desde el más básico consistente en tizas, mapas, libros y cuadernos, hasta la necesidad de contar con computadoras y otros elementos informáticos que se necesitan para la enseñanza actual.

Más allá de que el gobierno deba encargarse de la refacción y equipamiento de los edificios, también es muy positivo que las comunidades educativas colaboren de alguna forma con esa tarea a través de sus asociaciones cooperadoras. Estas entidades, integradas por los padres de los alumnos, en algún tiempo han sido muy útiles en la tarea de realizar actividades para recaudar fondos y colaborar con el mejoramiento de las escuelas para crear mejores condiciones en la enseñanza.

Terminadas las clases hay unos 90 días que deben ser aprovechados para poner todo a punto para el próximo período escolar, por lo que no hay que dejar para último momento esta tarea, algo que las nuevas autoridades educativas de la provincia deberán tener muy en cuenta.