Luca y Valentino Guevara Guzmán
Actores de película
Evidentemente Luca y Valentino Guevara tienen muy fresca la información genética heredada de su papá Silvio, actor y productor audiovisual. Ambos con apenas 13 y 9 años ya saben acerca de actuación más que muchos adultos. Tanto que filmaron cortos, un par de películas realizadas en San Juan y también actuaron en la Fiesta del Sol.
Luca, quizá por ser el más grande, tiene claro que quiere seguir siendo actor y que esta profesión sea su modo de vida. "A mi me gusta mucho hacerlo, me divierte. El teatro me gusta desde pequeño porque acompañábamos a mi papa, hasta que un día me dijo que necesitaban chicos para la Fiesta del Sol que si quería hacer el casting y fui. Ahí tenía 9 años o un poco menos. Después me presenté para actuar en la película "Los nadie", y me eligieron para un protagónico. Era el niño que vivía en el basural", cuenta Luca quien va a primer año del Colegio Don Bosco.
Marita Guzmán, su mamá, recuerda que desde chiquitos hicieron talleres de teatro en distintos lugares y que son grandes seguidores de su papá. Es que también Valentino ya incursionó en estas artes, nada más y nada menos que la película "La novia del desierto", con Claudio Rissi, y la actriz chilena Paulina García, que fue nominada como revelación en el último Festival de Cannes y que aunque no fue la ganadora, la prensa la destacó como tal.
"Me gusta ser actor, pero no se si seré eso cuando sea grande. Cansa mucho. Con la Novia del Desierto me iba temprano a grabar y volvía tarde. Fue en vacaciones, pero me pagaron y con esa plata iré con mis compañeros de la escuela a Ischigualasto", cuenta Valentino, quien con cinco años también actuó en "Los Nadie".
Con Silvio, su papá, también hicieron cortos como "Bolitas"y "Disparos", incluso participaron de un video de apertura del programa "Viva el rock".
Juana Montilla Suárez Jofré
Actriz en crecimiento
Desde siempre Juana vivió entre artistas: Sus abuelos, Polo Suárez Jofré y Adela Cortínez, ambos artistas plásticos y su mamá, Guadalupe, directora y profesora de teatro. Nació abrazada por diferentes y profundas expresiones artísticas, y aunque su papá Juan Manuel Montilla, está dedicado a otras tareas que nada tienen que ver, siempre apoyó a su hija en las actividades que tanto le apasionan.
La vida de su mamá dedicada al teatro caló fuerte en ella, tanto que apenas dio sus primeros pasos ya participaba de talleres para chicos muy pequeños que aprendían a expresarse a través de sus movimientos.
Actualmente tiene 9 años, va a quinto grado de la Escuela Modelo, y entiende tanto de arte que cambia cualquier programa infantil de la tele por las obras de su mamá en las que ha participado bastante.
"Me gusta mucho lo que hace mamá, cuando hacemos performances ella me explica el concepto para que yo lo entienda bien. También participamos con mi hermano Mateo en el video de la obra Medea y en la última Fiesta del Sol fui una de las tutoras de las reinas", cuenta Juana, quien además estudia danza en el Instituto Cádiz.
Tiene muy claro que le gustaría dedicarse siempre al teatro y estudiar para llegar a ser una gran actriz. "Desde chiquita aprendí porque mi mamá ensayaba en mi casa, yo la veía y le copiaba todo", dice la pequeña.
Su rostro habla por ella y cuenta de igual manera que su próxima actuación será el 17 de agosto en la escuela para conmemorar la muerte de San Martín. Sin duda una actriz en crecimiento.
Theo Villanueva Meyer Huertas
Nació en el teatro
Su mamá, Andrea Huertas, rompió bolsa luego de una función en la que personificaba a una hermana de Sarmiento, y a las pocas horas nació Theo, que por esas causas de la vida este año protagonizó a Domingo Faustino en "Una noche de aventura", precisamente en la casa del Maestro de América.
Como si eso fuera poco, su papá es un reconocido teatrero y docente de actuación.
Se trata de Marcelo Villanueva Meyer, de quien también heredó la pasión por el teatro.
"Me gustó mucho hacer lo de Sarmiento y creo que volvemos en octubre. Recibimos a chicos pequeños, recorremos la casa, contamos historias, escribimos cartas y luego los chicos se quedan una noche acampando. Preguntan de todo, es muy entretenido. Además muchos se ilusionan y creen que uno es Sarmiento", cuenta Theo.
Su primer taller lo hizo a los dos años en Jelú, instituto que contaba con un jardín maternal en el que los chicos tenían expresión corporal, y su mamá era la profe. "De eso no me acuerdo, pero en 2009 comencé en El Portón y ahí sí ya hice varias obras. Hace tres años participé en el "El Principito"; "Caídos del Mapa" y otras obras más. Siempre me gustó ver los ensayos de los grandes, me parece entretenido porque trabajan más la expresión corporal y eso me encanta", dice Theo que tiene 13 años y va a la Escuela de Comercio.
Es dispuesto y ordenado, tanto que asegura que "esto es como un hobbie para mí, y quisiera hacerlo siempre, pero a la par de otra actividad que sea mi medio de vida", indica.
Una de sus materias pendientes es realizar una producción audiovisual, pero aún no ha tenido la posibilidad.
Fotos Federico levato