El herrador Pedro Pechar indicó que para tener una vida útil prolongada del animal, sin lesiones, es recomendable herrar entre los 35 (verano) y 45 (invierno) días ya que el crecimiento del casco es de 8 a 10 milímetros por mes, aunque la herradura esté firme y en buenas condiciones. Aunque no se use el caballo hay que herrarlo en este periodo para evitar futuras lesiones.

Capacitadores de la empresa internacional Mustad Argentina SA que estuvieron en San Juan invitados por su representante local, Distribuidora Lonar, propiedad de los empresarios Jorge y su hijo Jorge Andrés López, a fin de dictar la Clínica de Herrado en la Quinta El Encuentro de Médano de Oro; ante una asistencia de 30 personas entre herradores, veterinarios y propietarios de equinos y sobre un cabalgar del arquitecto Ricardo Figueroa.

Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO entrevistó a los organizadores sobre la capacitación teórica, "basada en la anatomía del caballo relacionadas con el herraje, en las enfermedades y dolores por el mal herrado y la aplicación de diferentes tipo de herraduras correctivas o terapéuticas". Posteriormente se realizó la parte práctica, "con la aplicación de herraduras adecuadas, el desvase básico correcto, uso de herramientas, herraduras y reconstrucción de cascos".

Consultados sobre la importancia de herrar a un caballo, el herrador Pedro Pechar y Nicolás Temi clasificaron la misma a saber:

* Deportes: se necesita herraduras para tener buen agarre para cualquier tipo de deportes como carreras, salto y polo entre otros.

* Trabajo: se necesita herrar porque, el desgaste producido por el terreno es mayor que el crecimiento del casco.

* Marchas y Cabalgatas: al igual que en el trabajo, depende de la superficie donde se realice dicha actividad.

Sobre los pasos para el herrado lo relataron así: primero "Observar el aplomo del caballo de frente y lateral". Luego "limpiar lagunas laterales del candado, con gubia redonda, cortando lo menos posible del mismo. Despalmar con gubia plana sacando el exceso de palma. Cortar con la tenaza desde la pinza hacia el talón. Escofinado para buscar el plano correcto. Biselado de la palma para evitar el contacto de la herradura con la misma. Forjado de la pieza de metal copiando perfectamente el contorno del casco y biselar la zona de pinza" y finalmente realizar el "clavado y remachado de la herradura".

Entre otros conceptos y sobre las precauciones, remarcaron "al herrar debemos cuidar de no sacar mucha palma para dejar protegidas las estructuras sensibles que están dentro del casco, no clavar atrás de la parte más ancha del casco ya que necesitamos expansión de la herradura hacia los talones. Usar el clavo adecuado al casco y la herradura".

Preferiblemente en la doma herramos solamente de manos dependiendo de la superficie donde se realiza el trabajo, si es muy pedregoso, herraremos de las 4 patas. Es importante que el caballo este manso de abajo para poder realizar el herraje, de no ser así se deberá utilizar tranquilizantes y maneadores".