
Las personas que trabajan en un hotel alojamiento presencian situaciones que son insólitas e inimaginables para cualquiera. Pero con un buen sentido del humor, han sabido afrontar diversos acontecimientos que quedan como anécdotas entre ellos.
Empleados y propietarios de al menos cinco hoteles alojamientos del radio capitalino confesaron a Diario de Cuyo algunas de las historias que hasta han motivado la risa de quienes las protagonizaron.
Un infiel casi descubierto
Un hombre de unos 40 años, con aires de galán, -según unas empleadas- ingresó un día con su amante al hotel alojamiento. Luego del momento de pasión que vivió la pareja, se acercó a la recepción y le pidió al personal del “telo” que lo sacaran por otro lado, ya que su esposa estaba en la puerta del hotel esperando nerviosa que él saliera.
El propietario del hotel sostuvo que el hombre, cliente frecuente del lugar, era chofer y un compañero le había mandado un mensaje advirtiéndole de la situación.
La amante salió tranquilamente y el hombre se escabulló por un terreno anexo.
Tocando el arpa
Un abuelo, de aproximadamente 80 años, fue a un hotel con una señorita trabajadora sexual. El teléfono de la recepción sonó y la voz de una mujer desesperada pedía con urgencia que llamaran al 911. Según lo que indicó, el hombre se descompensó y no podía reanimarlo. Cuando el anciano volvió en sí, tomó sus cosas y se fue inmediatamente, sin mediar palabras.
La trabajadora les explicó a las encargadas que se había tomado una pastilla azul para poder consumar el hecho pero que en vez de ayudarlo, lo afectó.
Pese a lo que padeció, el hombre no deja de ir.

Extraño objeto atorado
Luego de una pareja egresara del hotel, el personal se dispuso a limpiar la habitación y notaron que el inodoro estaba tapado. Intentaron mil maneras para arreglarlo pero tuvieron que remover el inodoro y comenzar a escarbar en la parte de abajo del sanitario.
La sorpresa fue cuando encontraron un pepino. El hombre encargado de las instalaciones no pudo contener la risa y comenzar a imaginar en qué habían usado el vegetal.
Algo similar pasó en otra oportunidad cuando el botón del inodoro no funcionaba. Al revisar la mochila para colocar la cadena, descubrieron un pepino sumergido en el agua.
Un encuentro con sorpresa
Un hombre de 45 años estacionó su camioneta en la cochera y descendió con una joven. Tomado de la mano de quien se presumía que era su novia, pidió una habitación y en menos de 5 minutos, se lo vio semidesnudo corriendo por el pasillo e intentando colocarse la camisa.
El dueño, que intentó saber de su abrupta salida, escuchó: “No, no, no. Yo no. Ella no es ella”.
El hombre arrancó su vehículo y salió despavorido del lugar. A los segundos apareció la joven y dijo que no quería intimar con ella porque era travesti.
Dos hombres como en un ring
Una mujer de 30 años estaba por entrar a un hotel con su amante cuando fue descubierta por su marido. El hombre increpó a la infiel y el amante la defendió con golpes de puño.
Los sujetos se pelearon fuertemente en el lugar y cuando se cansaron, se retiraron.
A la semana siguiente, la misma mujer con el mismo amante lograron ingresar al hotel y consumar su amor.

Un novio muy romántico
No todas las historias son de infidelidades ni acaban mal. En esta oportunidad, la propietaria de un hotel alojamiento recordó que un enamorado de 25 años reservó una habitación y pidió entrar una hora antes para prepararle una sorpresa a la novia.
Cumplían su primer aniversario y quería sorprenderla. Adornó el lugar con globos corazones, carteles, bombones y pétalos de rosa. Además solicitó que le reprodujeran un listado de canciones para la ocasión.
El momento “mágico” se dio y las empleadas debieron limpiar todo el cotillón que quedó esparcido hasta en el baño.
Los que se desempeñan en ese ambiente laboral destacan que es moneda corriente encontrar test de embarazos, ropa interior y bijouterie. Además, los que se pasaron del turno establecido y no tienen con qué abonar dejan como objeto de garantía DNI, celulares y notebooks.
Finalmente, explicaron que el mito de que hay cámaras en las habitaciones no es cierto. Un empleado rememoró que un cliente reclamó que le devolvieran el dinero porque había violado su intimidad filmándolo y en realidad, lo que él pensaba que era una cámara, se trataba de un detector de humo que debe estar reglamentariamente en cada habitación.
