En un final curioso, con pases laterales y ninguna intención de atacarse, Japón perdió 1 a 0 contra Polonia pero avanzó a octavos de final del Mundial gracias a un hecho histórico: el Fair Play.

 

Los asiáticos igualaron en puntos y goles con Senegal, pero recibieron dos tarjetas amarillas menos (fueron 4 contra 6 de los africanos) y por eso accedieron a la siguiente instancia, pese a la derrota ante la ya eliminada Polonia, quien marcó en el segundo tiempo con un gol de Benarek.

 

Es la primera vez en la historia que este criterio define la clasificación en un mundial. Si también hubiesen igualado en ese ítem, la decisión se hubiese realizado por sorteo.