La cadena de electrodomésticos Garbarino envió ayer 1.800 telegramas de despido a sus empleados en el marco de un plan de cierre definitivo de sus 105 locales de todo el país, según medios nacionales. Tras un pedido de la Federación de Empleados de Comercio al Gobierno nacional de Alberto Fernández para evitar los despidos, el ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria por un plazo de 15 días.
La resolución oficial obliga a ambas partes a poner la situación en suspenso. Durante las próximas dos semanas, el gremio deberá abstenerse de realizar cualquier medida de fuerza u otra acción directa. A la vez, Garbarino deberá dejar sin efecto las desvinculaciones durante ese plazo.
Hoy todos los locales de la empresa están cerrados y desde hace ocho meses los cerca de 3.800 empleados de la empresa no están cobrando sus salarios. Esto incluye a los trabajadores de las seis unidades del grupo: Garbarino, Garbarino Viajes, la cadena Compumundo, la financiera Fiden y las plantas Tecnosur y Digital Fueguina, ubicadas en la provincia de Tierra del Fuego.
"La situación está muy complicada con Carlos Rosales, el dueño de la empresa, que la quiere reflotar con argumentos irrisorios. La compró y luego nos enteramos de que quiere que sea una especie de Mercado Libre", aseguró Érica Salazar, delegada de Empleados de Comercio Zona Oeste (Seoca) y de la sucursal de la cadena en el shopping Plaza Oeste.