A flor de piel. La partida del Shopie Siem desde el puerto de Comodoro Rivadavia fue un momento de gran emoción para los marines y los lugareños que renovaron la esperanza de encontrar al submarino desaparecido hace 11 días.

 

El buque Sophie Siem, que lleva a bordo el minisubmarino de la armada de EEUU para buscar al ARA San Juan, partió ayer del puerto de Comodoro Rivadavia a las 14.13, en medio de fuertes vientos que soplaban a 90 kilómetros por hora.

Una hora antes de su partida, la Aduana Argentina y la Prefectura terminaron los alistamientos administrativos pendientes tras la revisión técnica que certificó la correcta instalación del minisubmarino en la popa del buque.

A las 13.30, subió al barco la última tanda de la tripulación de la Marina de EEUU, que viajará a bordo de la embarcación.

Se trata de 43 hombres de esa nacionalidad además de dos argentinos, los capitanes Parant, submarinista, y Reynoso, buzo de profundidad, ambos de la Marina de nuestro país.

En condiciones normales de navegación, el Sophie Siem debería llegar a la zona de búsqueda y rescate del ARA San Juan en 20 horas, sin embargo los fuertes vientos pronosticados lentificarán su travesía.

Alistada la partida, y levada al barco la escalera, los militares de las fuerzas argentinas se alternaron con el personal de mando de la Marina de EEUU para despedir al Sophie Siem, en una hilera paralela al muelle que marcó el inicio de una zarpada que se convirtió en un hecho no sólo formal sino emotivo.

El vocero de la Marina norteamericana, Héctor Alejandro, recordó que “esta es una misión humanitaria en la que participan fuerzas de varios países del mundo unidas con la Marina argentina, el Ejército y la Fuerza Aérea”.

También agradeció la calidez en la recepción de su grupo: “Agradecemos al pueblo de Comodoro Rivadavia, donde hemos podido trabajar juntos”, dijo.

Claudio Pérez Ortigueira, jefe de la Armada en la base de Comodoro Rivadavia, dijo “hace una semana que trabajamos codo a codo para acabar en lo que acabamos de concluir: la partida del Sophie Siem para eventuales tareas de rescate”, agregó.

Ortigueira destacó el “esfuerzo enorme de miles y miles de personas para dejar al buque en lo que se llama estado operativo”. En un esfuerzo que calificó como “fenomenal” se movilizaron “750 toneladas de carga en más de 15 aviones”.

El jefe de la 9na. Brigada Aérea con asiento en Comodoro Rivadavia, Marcelo García, destacó “la coordinación internacional sin precedentes” y concluyó: “Tenemos la esperanza de encontrar al ARA San Juan”.

Por último recordó que, en Comodoro Rivadavia, recibieron “vuelos oficiales de EEUU, Rusia, Gran Bretaña, Canadá y España”.

La instalación final del minisubmarino en la plataforma del buque comenzó a las 5 de ayer, duró 12 minutos y se logró realizar a pesar de los intensos vientos.

El sábado por la noche se realizaron todas las pruebas necesarias para garantizar el funcionamiento óptimo del brazo hidráulico que hará descender al minisubmarino al agua en alta mar, indicaron.

Mientras tanto, el fuerte viento demoraba por la tarde el ingreso a la dársena comodorense de la corbeta Robinson. Este buque tiene previsto transportar a la zona de rescate del San Juan a dos de los tres contenedores rusos que llegaron el viernes a Comodoro Rivadavia en el avión Antonov, que ya emprendió el regreso a su base.

Fuentes de la Armada y de la Oficina de Operaciones Portuarias creen que el atraque de la Robinson puede verse dificultado a raíz de los fuertes vientos, por lo que se estaba evaluando cargar a la corbeta en alta mar por medio de barcazas más pequeñas. La Robinson -de 91,2 metros de eslora- trasladará un equipo robot chico operado por dos especialistas rusos que ya están en el puerto comodorense.

El resto del equipo ruso transportado por el Antonov se montará en el ARA Islas Malvinas que se calcula que llegará a Comodoro en no menos de dos días.

Por su parte, el buque Islas Malvinas transportará a la zona de búsqueda y rescate el vehículo sumergible teledirigido ruso Pantera Plus, con una capacidad de inmersión de hasta 1.000 metros de profundidad.

Viable hasta 600 m
 

Un grupo de 40 soldadores modificó la cubierta del Sophie Siem en estos días para llevar a bordo un minisubmarino de EEUU que puede descender hasta los 600 metros de profundidad y en él viaja personal estadounidense y argentino. Para comenzar a trabajar, primero hay que localizar al ARA San Juan.