Argentina se enfrenta al fin del plazo para saldar toda su deuda de 2.400 millones de dólares con el Club de París sin haber logrado aún un acuerdo de refinanciación, pero el Gobierno de Alberto Fernández confía en avanzar con las negociaciones para no llegar a un cese de pagos.
El plazo vence hoy y, de no saldarse la deuda antes de que caduque el periodo de gracia de 60 días, el foro de 22 países podría declarar a la nación sudamericana en cese de pagos.
Con todo, el Gobierno de Fernández, que ha insistido en reiteradas oportunidades que Argentina, en severa recesión desde hace tres años, no está en condiciones de afrontar los pagos al Club de París y al Fondo Monetario Internacional (FMI), confía en avanzar en negociaciones que le permitan esquivar un "default" y para ello ha sumado recientemente importantes apoyos de líderes mundiales.
"La negociación continúa en el tiempo estipulado hasta fin de julio", dijeron ayer a la agencia de noticias Efe fuentes oficiales.
La actual deuda que Argentina mantiene con el Club de París proviene de un acuerdo de pagos sellado con ese grupo en 2014, durante el Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015), cuando se renegociaron los vencimientos que el país tenía pendientes tras haber caído en cese de pagos a finales de 2001.
El acuerdo de 2014 estableció un periodo de pago de cinco años, hasta mayo de 2019, que podría extenderse por dos años más. Hace un año, el Gobierno de Fernández solicitó al Club de París negociar una extensión de las fechas de vencimiento y una reducción "significativa" de la tasa de interés, pero hasta ahora no se llegó a un entendimiento.
Concretamente, el foro de países acreedores tiene entre sus condiciones para conceder una reestructuración que el país solicitante tenga un programa vigente con el FMI, algo que Argentina, que busca refinanciar deudas con ese organismo, negocia desde el año pasado y tampoco ha podido alcanzar resultados hasta el momento.