Iglesia parece un espacio diferente en los últimos días. Colectivos repletos de gente que habla otros idiomas recorren las calles, los hospedajes están completos, mientras la gente de la zona trabaja para ofrecer todos los servicios y comodidades a quienes se reúnan este martes para ver el eclipse total de Sol.

 

 

En la tarde de este lunes, camiones recorrían las calles asentando la tierra, se reparaban algunas luminarias y los escenarios y carteles comenzaban a erigirse en el predio de Bella Vista destinado como punto de observación.

 

 

 

Mientras tanto, algunos vecinos preparaban comidas regionales para vender a los visitantes desde las puertas de sus casas o en stand que montarán después del mediodía de este 2 de julio.

 

 

 

A su vez, las cabañas estaban todas ocupadas y en la Oficina de Turismo entregaban folletos y ofrecían información, en castellano e inglés, para cubrir las consultas de los visitantes.

 

 

Bajo el cielo completamente despejado y con el Sol radiante, la expectativa se hace cada vez más grande, antes de poder observar el fenómeno del siglo en estas tierras.