María Quiroga llora mientras sus vecinas intentan consolarla. Estaba destruida porque el fuego hizo mucho daño. Para ayudarla, llamar al 2645558047.

 

Si bien el fuego quemó lo que había solamente en una habitación, ayer María Quiroga (32) no paraba de llorar porque el daño fue mucho más grande de lo que parece. Es que las llamas quemaron prácticamente todas las cosas de sus 6 hijos de 12, 10, 8, 6, 4 y 2 años, desde las camas y los colchones hasta juguetes, ropa y los útiles de la escuela. Y tenía a ella y a los suyos sin consuelo.

“Se me llenó la pieza de humo en un segundo y se me quemaron las cosas. No sé bien qué pasó, yo estaba en el comedor preparando el desayuno de los niños y se sintió una explosión en la pieza”, señaló la mujer a DIARIO DE CUYO con un mar de lágrimas en sus ojos.

Al parecer, según su suposición, un desperfecto eléctrico en un tomacorriente donde estaba enchufado un televisor fue lo que originó el fuego cerca de las 10.30 de ayer en esa casa 38 de la manzana Q del barrio Nuevo Cuyo, en La Bebida, Rivadavia.

El desgraciado siniestro sorprendió a Quiroga cuando estaba sola al cuidado de los chicos, pues su marido se encontraba trabajando. Afortunadamente, ni bien se dio cuenta del humo actuó lo más rápido posible para sacar a los niños a la calle. Y después, con la seguridad de que ellos estaban a salvo y con la ayuda de los vecinos, arrojaron agua que traían en baldes de una pileta del fondo para evitar que el fuego se extendiera al resto de la vivienda.
Más tarde los bomberos llegaron para apagar definitivamente las llamas y también para encarar el trabajo pericial, que será clave para determinar con precisión qué inició el siniestro y descartar que haya sido intencional, posibilidad que ayer en la familia descartaron.

Por otro lado, desde la Municipalidad de Rivadavia asistieron a los Quiroga con camas, colchones, frazadas, útiles escolares y nylon para tapar las ventanas que quedaron destruidas a causa del fuego.

Quiroga ayer estaba muy dolida por lo ocurrido y en todo momento lamentaba las pérdidas. Sin embargo, rescató que lo más importante era que todos sus hijos estaban bien.