El 31% de las mujeres reconoce tener que compartir los dispositivos tecnológicos con integrantes de la familia.

La pandemia nos complicó laboralmente a todos, sin distinción de género. No es ninguna novedad. También acentuó las diferencias que acarrea la brecha digital. Cuando nos referimos a brecha digital hacemos referencia a la desigualdad que existe entre las personas para acceder a la TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación). 

Sin embargo, la grieta ha impactado más fuertemente en las mujeres. Fenómeno que se ha dado en llamar brecha digital de género. Así lo demuestra una encuesta nacional realizada por Media Chicas y la Fundación Conocimiento Abierto, donde participaron 600 mujeres de todo el país.

El Informe indica que para el 53% de las mujeres encuestadas, el acceso a la tecnología ha sido limitado en este tiempo de cuarentena. Por su parte, sólo el 49% de quienes trabajan en relación de dependencia, reconoció haber recibido de las empresas la infraestructura tecnológica necesaria. 

Evidentemente, hay barreras que no favorecen el desempeño laboral de las mujeres y agrandan la brecha digital. Entre ellas encontramos barreras de orden económico: contar con una computadora propia (el 31% reconoce tener que compartir los dispositivos tecnológicos con los demás integrantes de la familia), tener impresora, un proveedor de internet, poseer una cámara web. Como así también existen las barreras propias del saber hacer: saber usar, por ejemplo, los recursos de una PC. Sin embargo, no todos son datos negativos. La creatividad y el espíritu de superación permitió que la transformación digital se viera activada, ya que el 79% de las mujeres encuestadas reconoció haberse capacitado durante el aislamiento social obligatorio.

¿Repercutirá la pandemia en la carrera laboral de las mujeres? Resultan reveladores los datos de la encuesta de UBS Group AG, publicada recientemente. La firma encuestó a 991 mujeres estadounidenses de altos recursos, de las cuales el 61% estima que el Covid-19 ha perjudicado sus carreras y desempeño profesional. Mientras que una de cada cuatro encuestadas reconoció haber considerado la posibilidad de abandonar el mercado laboral. Son datos que deben mirarse con atención, porque como bien dice Paula Polito, vicepresidenta de división de UBS Global Wealth Management: "No importa si eres una mujer de alto poder financiero o eres una mujer que trabaja como camarera en un restaurante, no renunciarás a tus hijos por tu trabajo". 

Lo cierto es que la brecha digital de género que ha puesto en evidencia la pandemia, profundiza aún más las desigualdades históricas entre hombres y mujeres en el mundo laboral. Ello no sólo es una realidad injusta, sino que priva a la economía digital del aporte de las mujeres. Resolver estas desigualdades es un imperativo moral de sociedades que se precian democráticas y plurales. 

Todo ello sin olvidar que superar la brecha digital de género es el camino ineludible para avanzar hacia la consecución del 5¦ Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el cual es "lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas".

Poner fin a las desigualdades injustas y trabajar para eliminar toda forma de discriminación laboral contra las mujeres, especialmente en el acceso, información, educación y al conocimiento de las TIC, es decisivo para el desarrollo sostenible de una comunidad. 

El acceso y manejo de la TIC permite a las mujeres mayor protagonismo social y favorece sus oportunidades en el mundo laboral, dándoles mayor flexibilidad de tiempo y espacio para otras tareas que decidan realizar en sus casas.

 

Por Miryan Andújar
Abogada, docente e investigadora
Instituto de Bioética de la UCCuyo