A juzgar por el entusiasmo de bodegueros consultados, y por los aportes no reintegrables que pone el gobierno como incentivo; la provincia de San Juan se apresta a ser un flamante jugador argentino en el sector de los vinos de baja graduación alcohólica. Esa es una tendencia que está despuntando con fuerza en el Reino Unido y España, entre otros países productores del Viejo Mundo, donde los consumidores se inclinan por opciones más saludables. San Juan es la primera del país en dar un paso para bajar el alcohol a sus vinos en el 2018, con el objetivo de diversificar, y sobre todo apuntando a aumentar el consumo, que viene cayendo en forma sostenida. El miércoles pasado se lanzó la convocatoria (ver página 3) que cierra el 1 de enero, para convocar a bodegas interesadas en incorporar máquinas especiales que regalará el gobierno para lograr vinos con menos alcohol. El Ministerio de Producción destinó alrededor de $3,5 millones para comprar entre 3 y 4 equipos para las bodegas que resulten seleccionadas por un jurado integrado por autoridades provinciales y nacionales, y que permitirán reducir la graduación alcohólica a un nivel de 7 u 8 grados, como tiene su competidora, la cerveza. En el gobierno aclaran que el requisito clave es no resignar la calidad y las condiciones organolépticas de los vinos. Teniendo en cuenta que este año el grado que fijo el INV para San Juan es de 12º para los tintos y de 12,7º para blancos, con el nuevo equipamiento en el 2018 se obtendrán vinos de color que contendrán un 58 a 67% menos de alcohol, y del mismo modo, blancos reducidos entre 55 a 63%.
INTERÉS DE BODEGAS
Hay bodegueros locales que están muy entusiasmados con la propuesta y que dicen que van a presentarse a la convocatoria. Uno de ellos es Andrés Berzencovich, de Bodegas Bórbore. “Me parecen interesantes los vinos de baja graduación alcohólica. Es otro tipo de vino, me gusta y voy a presentarme”, aseguro a este diario. Dijo que este experiencia que es inédita en el país, ya se usa y funciona en otras partes del mundo. Eso lo anima a soñar con aplicar esta tecnología a sus vinos, tanto para mercado interno como externo. “Hay gente que no toma vino por la alta graduación pero le gusta el sabor, si bajamos el alcohol vamos a conquistar un número mayor de consumidores”, opinó. Mauricio Fernández, dueño del establecimiento Fraccionadora San Juan, no solo destacó la posibilidad que se abre de vender mas vino al incrementar el consumo reduciendo los efectos del alcohol, sino también por la cuestión impositiva. El exportador dijo que varios mercados internacionales aplican un impuesto a la alta graduación, y los vinos sanjuaninos “quedan a raya”.
“Me interesa participar en este propuesta sin bajar la calidad”, aseguró Fernández; y agregó que no solo para exportar, sino también para aplicar a su producción en el país donde opera bajo la marca Fraternal. Daniel Barceló, de bodegas Terranova, aun no analizó la propuesta del gobierno pero está convencido que con este nuevo producto la gente consumirá mas. Y es de los pocos con experiencia para afirmar lo que dice: es el único sanjuanino y uno de los tres productores nacionales de “vino desnaturalizado”, un producto que se hace a base de vino y con extractos vegetales, está regulado como Alimento (y no como vino por el INV) denominado “Saque”, que fracciona en tetra y vende en el norte argentino. “Tiene entre 7 u 8 grados, se vende muy bien, y no soy el único. Hay una bodega mendocina y otra empresa que lo hace, y los tres vendemos. Te ayuda a sacar vino de stock” afirmó. Patricio Vilanova es un enólogo multifacético. Hace vinos para mercado interno a la familia Federico en la bodega Yanzón de Caucete, y varietales para la familia Turcuman en el mismo departamento, además de vinos boutique a inversores extranjeros en Calingasta. “Los voy a entusiasmar a todos a que se presenten al programa oficial”, dijo y opinó que se generará un nuevo negocio de la combinación de no poder agregar agua, con bajar el alcohol de una manera legal; y se podrá pagar un precio diferencial para los que elaboren vinos con menos alcohol. También destacó que el mundo se cobran tasas altas en algunos países si el vino tiene alta graduación. “Es una alternativa” opinó el gerente de la Cámara de Bodegueros, Javier Coria, pero advirtió que al ser un nuevo producto habrá que desarrollar un mercado para lograr el éxito con el consumidor. “Algunos bodegueros son más propensos a estos cambios, tomarán la punta y podrán hacer una diferencia en el mediano y corto plazo, pero creo que tiene que ir a asociado a una estrategia comercial muy importante, con incentivo del sector publico. Bajar la graduación y dejarlo nada más en góndola no hace diferenciación”, señaló.
- Para quiénes
Pueden presentarse bodegas o fraccionadoras radicadas en San Juan que elaboren al menos 250 mil litros al año, para lo que se tomará como base el total elaborado en el año 2017 o anteriores.
- Inscripciones
Los bodegueros interesado deben solicitar informes e inscribirse en mesa de entradas de la Dirección de Asuntos Vitivinícolas, en el Cuarto piso, núcleo 5, del Centro Cívico. Teléfono: 4306343
- Para desalcoholizar
Las principales técnicas para obtener vinos de bajo grado son tres: Tecnología de membranas por Osmosis Inversa, Destilación al vacío y Columna de Conos Rotatorios.
- Requisito
Deberá fraccionar como mínimo un volumen equivalente al costo del equipo o del monto del incentivo recibido. El plazo para la presentación del proyecto rige hasta el 31 de enero de 2018.
- El subsidio
El gobierno otorgará un Aporte No Reintegrable de hasta $1.340.640 por beneficiario, para comprar el equipo, que deberá estar instalado y funcionando dentro de los 30 días corridos.
- Subir el consumo
Al bajar el alcohol se busca lograr un producto atractivo para consumidores en general y en especial para mujeres y jóvenes, además de competir con bebidas light o de bajo grado.