
Luego de las subas registradas en el precio del dólar, el índice de precios al consumidor experimentó en junio pasado un alza del 3,7 por ciento frente a mayo, informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Se trata de la suba más alta en 25 meses (más de dos años) teniendo en cuenta que en mayo de 2016 el índice de precios subió un 4,2 por ciento. El 3,7 por ciento anunciado ayer fue peor a lo esperado por analistas, que pronosticaban un 3,5 por ciento de inflación, tras una fuerte devaluación del peso desde abril.
La inflación en los últimos 12 meses llegó al 29,5 por ciento, añadió el ente estadístico, en tanto que en el primer semestre del año alcanzó al 16 por ciento. El Gobierno había fijado para todo 2018 una inflación de 15 por ciento.
El alza del 3,7 por ciento verificada en junio es la mayor en lo que va del año (el registro más alto había sido hasta ahora el de abril, de 2,7 por ciento) y evidencia una aceleración de los precios.
Por su parte, la inflación núcleo, la que no tiene en cuenta precios regulados y estacionales, tuvo una variación en junio de 4,1 por ciento, aún mayor que el índice de precios general.
Según el Indec, las principales subas se dieron en los sectores de transporte (5,9 por ciento), alimentos y bebidas no alcohólicas (5,2 por ciento), salud (4,3 por ciento) y equipamiento y mantenimiento del hogar (4 por ciento).
"El dato más preocupante es alimentos, que en general vive mucho de la cotización del tipo de cambio, es bastante directo. Alimentos es el reflejo del salto del tipo porque tienen un componente transable (se exportan), por lo tanto para que se comercialicen en el mercado interno se pide más pesos", explicó Martín Alfie, economista jefe de Radar Consultora.
"Para 2018, proyectamos una inflación de 31,3 por ciento", dijo la consultora Elypsis a la agencia Reuters y añadió que "este registro podría verse afectado al alza, particularmente, si la renegociación de contratos con las empresas relacionadas con las tarifas de electricidad, gas y combustibles no terminan siendo tan exitosas como espera el gobierno".
Además, al registrarse una inflación interanual que supera el 29 por ciento, la política monetaria será analizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), como acordaron el organismo y el Gobierno, según el reporte que difundió el Fondo, el viernes pasado.
"Al superar el límite superior de la banda interna (29 por ciento), el FMI informará su análisis sobre la actual política monetaria. Pero si se supera el límite superior de la banda externa (32 por ciento), el Fondo mandará a revisión el acuerdo, y el Gobierno tendrá que explicar ante la junta del organismo su gestión sobre las regulaciones monetarias. Esto, a su vez, condicionará los desembolsos acordados", señaló Gabriel Camaño, socio del Estudio Ledesma.
"Creemos que julio va a ser alto, arriba de 3 por ciento. Si llega a dar un 3,2 por ciento, el acumulado de los primeros siete meses va a cerrar en 19,7 por ciento. Por lo tanto, se necesitará una inflación mensual menor a 1,4 por ciento en los últimos cinco meses del año para que el índice de precios tenga una variación interanual menor a 30 por ciento", agregó al diario La Nación.
El dato oficial de la inflación de junio se ve impactado por la fuerte depreciación que ha sufrido el peso desde finales de abril pasado, con una devaluación acumulada desde entonces del 37 por ciento. El Banco Central había reconocido en un comunicado que los indicadores mostraban una "aceleración de la inflación" en junio que reflejaba "los efectos directos e indirectos de la reciente inestabilidad cambiaria".
