Desde este mes el municipio de Rivadavia puso en marcha el sistema de "fotomultas" para captar automovilistas que transgredan los cruces semaforizados de calle Meglioli y De la Roza y en avenida Libertador. Las cámaras ubicadas en esas intersecciones tomarán los registros de las violaciones a las señales para luego aplicar al infractor una elevada multa, con un 50% de descuento si paga de inmediato.
Esta comuna se sumó a Rawson, que comenzó con la campaña a principio de año, concesionando el sistema a una empresa de Córdoba que se lleva el 45% de lo recaudado en tanto el 55% restante engrosa las arcas municipales. El éxito de los ingresos llevó a la comuna a perfeccionar el operativo punitorio, incorporando en septiembre último a monitores urbanos que recorren en moto la zona céntrica a baja velocidad, con una cámara incorporada al casco con igual fin que las estáticas.
El relevamiento capta rodados mal estacionados, obstrucción de zonas prohibidas o circular en contramano, por ejemplo. Esto en el área de Villa Krause y lugares de mucho tránsito como en España y República del Líbano. Ambas comunas coinciden en que las medidas tienen un sentido de prevención y de crear conciencia en el respeto de las normas de circulación. Con igual argumento circulan en la Capital las grúas contratadas, en una cacería que incluye días feriados con calles desoladas, pero los prestadores igual facturan.
Controlar el tránsito sin duda es una obligación de las jurisdicciones encargadas, con medidas necesarias para evitar el caos reinante ante el enorme crecimiento del parque automotor. Sin embargo, por justa que sea la implementación, primero se debe disponer de una mínima infraestructura vial, reordenando la circulación y las paradas de colectivos, además de horarios de carga y descarga de mercaderías con camiones de gran porte.
Las municipalidades deben cobrar por los servicios que brindan y en el caso de los automovilistas no existe una contraprestación. En Rawson se instalaron carteles sin letras, serán "ploteados" recién el año que viene con los nombres y el sentido de circulación, según explicó la intendencia: una falta de respeto al conductor y más si es turista. Y si un semáforo queda desactivado parpadeando luces rojas y amarillas, ¿vale la fotomulta?
Ni hablar de la sincronización, son escasas las calles con "onda verde" para desplazamiento rápido y se deben sortear los nefastos reductores producto de la inspiración de funcionarios carentes de conocimientos básicos sobre normas de circulación.
