No es casualidad. Es, más bien, causalidad. El fútbol es un deporte pero lleno de otros matices cuando el profesionalismo invade su ámbito. En ese momento empiezan a aparecer puntos importantes que inciden sobremanera en su desarrollo. Por ejemplo, el más importante, el dinero. En España, Italia, Francia y Alemania se mueve mucho dinero en el fútbol. Pero hoy por hoy donde más plata hay es en Inglaterra. Tanto que se dice que la Premier League -el torneo mayor del fútbol inglés- no sólo tiene el mejor nivel sino también a los mejores jugadores. 

Existen datos que avalan esto. Por ejemplo que Manchester City y Chelsea jugarán la final de la Champions League el próximo 29 de mayo en Estambul (Turquía). Y no es la primera vez en los últimos años que dos equipos ingleses jueguen por el título del torneo más importante del mundo a nivel de clubes. Dos años atrás lo hicieron Liverpool y Tottenham, cuando los Diablos Rojos se quedaron con la "orejona", en detrimento del equipo que conducía Mauricio Pochettino, ahora en el Paris Saint Germain y que justamente cayó en semis ante el City. 

Y el dominio inglés en el fútbol europeo se afirma con la presencia del Manchester United, que hoy juega la revancha ante la Roma de Italia en la Europa League, y del Arsenal, que también juega semifinal ante el Villarreal de España.

Lógicamente en Inglaterra el "mundo futbolero" está convulsionado. Esta final de Champions, a la que algunos medios europeos han llamado la "final de los mil millones" porque a esa cifra llega la sumatoria del valor de los pases de los jugadores de ambos equipos, hace que todos empiecen a frotarse las manos. 

En el City está Sergio Agüero y en el Chelsea, el arquero Willy Caballero.

Y vaya casualidad, Manchester City y Chelsea jugarán este sábado por una de las últimas fechas de la Premier League. Los dirigidos por el catalán Pep Guardiola, buscando el título que prácticamente tienen en sus bolsillos. Los comandados por el alemán Thomas Tuchel, que viene de ser finalista con el PSG en la edición pasada de la Champions, busca afirmarse en una de las plazas que el torneo da para la próxima Champions. Será como "ver" la final de Estambul tres semanas antes. 

Para el juego en Turquía a fin de mes saltan algunos detalles interesantes. Por ejemplo que el City llega por primera vez a una final de Champions.

Eso sí, es dirigido por un viejo zorro de esta competencia, Guardiola, que ya sabe de festejar en una final como lo hizo con el, para muchos, mejor equipo de la historia: el Barcelona de Messi, Iniesta, Xavi, Puyol y Piqué, entre otros.

En la quinta temporada en el club y en lo que será el cierre a una década de Sergio Agüero en los Celestes, Pep tratará de sumar su tercera Orejona.

El caso del Chelsea es distinto. En el 2008 perdió la final con el Manchester United pero en el 2012 ganó el título ante el Bayern Munich, justamente en la final disputada en Munich. De paso su técnico, el alemán Tuchel, despedido a mitad de campaña del PSG por malos resultados y no llevarse bien con las figuras del plantel, tratará de quitarse la espina de la edición anterior.

En apariencia el City tiene más figuras que el Chelsea pero, como dicen, "en la cancha se ven los pingos". Habrá que esperar hasta el 29 para saber qué inglés será el próximo rey.

 

Chelsea, con claridad

Con gol de Timo Werner, de cabeza, y Mason Mount, Chelsea le ganó 2-0 (3-1) a Real Madrid en Stamford Bridge y se metió en la final de la Champions League, que se disputará el sábado 29 de mayo en el Estadio Olímpico Atatürk, ubicado en Estambul, Turquía. Manchester City -dejó afuera a PSG- será su rival. Ese mismo escenario iba a ser la sede para albergar la definición de la edición pasada de la Champions League, pero la pandemia por coronavirus obligó a trasladarla finalmente a Lisboa, Portugal, donde Bayern Múnich se alzó con la Orejona ante el conjunto francés. En los 90’ de ayer, el Merengue de Zinedine Zidane nunca pareció estar en juego como para dejar afuera a un Chelsea que no cuenta con una estrella rutilante pero es un gran equipo.