
Los marplatenses vive en la intimidad y con mucho respeto la búsqueda del submarino, sin acercarse demasiado hasta la base naval, pese a que muchos tienen algún amigo o familiar que conoce a los submarinistas.
“La gente lo vive desde la intimidad. Te puedo asegurar que todos los que conozco están pendientes de la suerte de los submarinistas, pero lo que necesitan saber lo obtienen a través de los medios”, dijo José González, jubilado de 66 años que pasó por la puerta del predio naval.
Según el vecino marplatense, acercarse hasta allí “no tiene ningún sentido” para la mayoría, un poco por la lejanía del predio de la Armada del centro de la ciudad y otro por “respeto a los familiares”.
Por su parte, Fernando Basterrechea, taxista de 40 años, afirmó que “la gran mayoría de los marplatenses tiene a un amigo, un conocido o un familiar que es o conoce a los tripulantes”.
En tanto Rubén, también marplatense, dijo: “Yo soy pesquero retirado y lo que les pasó a estos chicos lo sentís como si me hubiera pasado a mí. Hay una identificación muy fuerte entre los que vivimos o trabajamos alguna vez “en el agua””.
En los bares del centro de la ciudad balnearia la imagen se repite: un televisor de fondo comenta las noticias del submarino y, entre cafés y churros, las charlas de los comensales discurren entre las hipótesis del porqué de la explosión y qué debió hacerse para evitarla.
“Es una desgracia”, comentó Walter Cayón, turista porteño que aprovechó el último fin de semana largo para tomarse unos días más de descanso junto con su familia. “Nos vinimos los cuatro (por su esposa y dos hijos) el viernes a la noche y, desde que llegamos, a donde voy se está hablando del submarino”, afirmó.
Por su parte, diarios locales como La Capital de Mar del Plata no dieron una cobertura de mayor relevancia a la desaparición del submarino sino hasta la noticia de la explosión. Télam
