La denuncia fue clara: la propia madre aludió a que su hijo de 5 años le había mencionado una clara situación de abuso sexual, cuando describió que un tío suyo le mostró los genitales a su hermanita de 3 años (la nena que tuvo con un abogado) y describió otras situaciones que, a la mujer, no le dejaron dudas. Pero cuando las autoridades judiciales intentaron corroborar esa versión con el abordaje de los niños, el trámite se complicó: "los profesionales informaron que la nena no puede ser entrevistada en Cámara Gesell porque casi no habla. Y su hermanito no corroboró los dichos de su mamá, es más aludió a que con ese tío sólo jugaban", dijo una fuente judicial. El médico que vio a la nena informó que no fue violada.
Al saber de la posible imputación en su contra, el joven apuntado se buscó un abogado y presentó un escrito en el Tercer Juzgado de Instrucción, en el que solicitó no quedar preso una vez indagado, dijeron fuentes judiciales.
Sin embargo el juez Guillermo Adárvez decidirá qué hacer con ese planteo, una vez que cuente con la opinión del fiscal Carlos Rodríguez. Y que recolecte otros elementos de prueba para confirmar si existió o la situación delictiva descripta en la denuncia.
Entre esos elementos de prueba se incluyen un informe psicológico más amplio y detallado de los dos menores. Uno sobre la nena para saber de sus dificultades para poder verbalizar y si aún así es posible determinar si fue víctima o no de alguna maniobra sexual.
Y otro de su hermanito para determinar si en realidad presenció o no la maniobra que su madre describió al judicializar el caso.
Las conclusiones de esos informes serán fundamentales para avanzar en la causa, pues de existir alguna maniobra sexual prohibida, el juez calificará el delito y recién entonces el sospechoso sabrá si queda o no preso.