El titular del IPV, Juan Pablo Notario, el subinterventor Daniel Gimeno y la jefa de Planificación, Eliana Cuello, se reunieron con el director de la Persona con Discapacidad, Gastón Díaz, y la arquitecta de la Dirección, Daniela Zapata. 

 

Las reuniones que venían manteniendo las autoridades del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) y la Dirección de la Persona con Discapacidad terminaron por plasmar un novedoso proyecto de integración. Todas las futuras casas que entregará la repartición estarán adaptadas a discapacitados. Estos últimos tienen un cupo por ley y las dimensiones de sus hogares hoy son un poco más grandes que los tradicionales, para favorecer la circulación en sillas de ruedas, por ejemplo. Las próximas viviendas contarán con una superficie total de casi 62 metros cuadrados y las áreas de planificación han realizado cambios internos, sin que se pierda calidad, para que el costo sea el mismo y no se disparen los valores. Así, el objetivo es que las personas que tengan algún impedimento físico, por ejemplo, no sólo puedan desplazarse con comodidad en su casa sino también en la de un vecino, familiar o amigo.

Juan Pablo Notario, interventor del IPV, manifestó que el prototipo se estrenará con un barrio en San Martín, el cual calculan que será licitado en abril y tendrá una ejecución de 12 meses, por lo que esperan que esté listo el año que viene. En ese contexto, todos los complejos habitacionales que se diseñen contarán con sus nuevas dimensiones.

El subinterventor del IPV, Daniel Gimeno, contó que la idea surgió de una charla informal que mantuvo con el director de la Persona con Discapacidad, Gastón Díaz, durante una entrega de viviendas. Por ley, está establecido un cupo del 5 por ciento de un barrio para todos aquellos que tengan alguna dificultad motriz y otro 5 por ciento para los que padezcan otro tipo de discapacidad. El eje del diálogo entre los dos funcionarios giró sobre la posibilidad de ampliar el campo de integración de las personas con discapacidad. Si bien cuentan con la comodidad en sus hogares, a la hora de visitar a un vecino el tema se complica porque las dimensiones de los espacios de las viviendas (puertas y pasillos) son los tradicionales. Inclusive, la iniciativa está pensada para cualquier persona que en el futuro sufra un accidente que le deje alguna secuela pueda contar con su casa ya adaptada. La idea fue receptada por las máximas autoridades y tuvo el OK. Según las superficies actuales, una casa con el formato habitual tiene 59 metros cuadrados mientras que la de una para personas con discapacidad está en 61,92 metros cuadrados. Todos los hogares que construirá el IPV serán con esta última dimensión, pero llevaron adelante modificaciones internas para que el costo no se eleve, indicó Notario. Una casa de la repartición ronda hoy 1.800.000 pesos.

Díaz, director de la Persona con Discapacidad, dijo que “esta medida va a brindar la posibilidad de una mayor interacción vecinal y social. Es la primera provincia del país en realizar una política sociohabitacional de este tipo. Esto sienta un precedente”. Notario concluyó que “con muy pocos recursos y con cambios sencillos se puede adaptar la vivienda para personas que quedan incapacitadas y cuentan con viviendas regulares”.
 

Más integración

Notario y Gimeno, autoridades del IPV, explicaron que las futuras casas tendrán previstas otras características para discapacitados. Por ejemplo, el timbre de una vivienda contará con una instalación lumínica para que le sirva a las personas sordas o con algún problema de disminución auditiva.

Equipamiento

El cupo para las personas con discapacidad se seguirá manteniendo, por lo que contarán con el equipamiento necesario. Pero aquellas que sufran alguna incapacidad, podrán acondicionar su vivienda, dado que tendrá las dimensiones necesarias. El equipamiento lo pondrá el particular o lo gestionará ante el Gobierno.