"Aguantame que me fumo un pucho", le dijo su amiga, y el joven concedió enseguida. Ya había sacado su moto para irse y ambos se sentaron en la vereda cuando de la nada aparecieron dos sujetos a la carrera. Desconcertados, sólo atinaron a mirar, cuando uno de ellos, sin decir palabra, le lanzó un trozo de ladrillo que le partió la cabeza. Sangrando, Leandro Javier Calderón (26) alcanzó a abrir la puerta de reja de la casa de su amiga y, como pudo, se metió con su mochila. Afuera, la chica empezó a los gritos y esa reacción alteró los planes de los delincuentes, porque a todos en la casa y el vecindario les llamó la atención y lo único que pudieron robar fue el casco de Leandro, antes de huir a toda carrera. En la vivienda, la abuela de su amiga intentó taponar con tela la herida para frenar la sangre pero no fue suficiente y debieron buscar ayuda médica.

El hecho trascendió ayer, pero ocurrió alrededor de las 23 del último miércoles sobre calle Espeleta, metros al Este del cruce con Lemos, en Villa Krause, Rawson.

El mismo joven, que es empleado de comercio y vive con sus padres, contó ayer a este diario que la parte más dramática vino luego, cuando lo atendió una médica en el centro de salud Favaloro (más conocido como La Rotonda), y mientras le realizaba 10 puntos de sutura en esa herida con la forma de un 7 que le dejó el violento ataque en la parte superior izquierda de su cabeza, le informó: "Agradecé que te dio ahí y no en la sien, porque no la contabas".

Otra secuela de la agresión ocurrió al día siguiente, el jueves cerca de las 9.30, cuando se aprestaba a desayunar y alarmó a todos en su casa porque entró en convulsiones: "Me dijeron que me desmayé y quedé tiritando", precisó, en reposo por prescripción médica hasta una nueva evaluación.

Ayer estaba indignado y con miedo. "Te da bronca porque me podían haber matado por nada, ya no podés salir a despedir a nadie en la calle porque puede ser la última vez. Nunca me pasó algo así, eso que vivo en Villa Krause, que es una zona peligrosa. Ahora me quedó el miedo, de noche no salgo más a menos que tome alguna seguridad extra", concluyó.

El caso es investigado por policías de la seccional 6ta, donde ya buscaban testigos e imágenes de cámaras de seguridad para dar con los delincuentes.

 

Herida, por $300

Una mujer identificada como Zulma del Valle Araya (50), debió ser atendida cerca de las 21 del jueves en el hospital Rawson de las heridas que le provocaron dos delincuentes a la salida de su trabajo, en inmediaciones del Club Amancay, Santa Lucía, para robarle su teléfono y $300. Por el caso hay un sospechoso detenido, informó la Policía.