Mujeres zondinas muestran algunos de sus trabajos en el Centro de Jubilados "La Voz de la Esperanza”.

 

Los centros de jubilados en San Juan cumplen con una función social muy importante. En cada uno de estos lugares, sus socios esperan un espacio de contención, pero a la vez, emocional, que les permita salir adelante a los adultos mayores que están entre la tristeza de los avatares de la vida y la esperanza de seguir adelante, pese a todo. En este último aspecto trabajan muchas de estas instituciones, con la posibilidad de hacer tareas manuales, artísticas y deportivas que enfocan a la persona mayor en vivir de una manera más amena. Pero, como si esto fuera poco, en Zonda hay un Centro de Jubilados muy particular. Se trata del denominado "La Voz de la Esperanza”, fundado el 8 de mayo de 1993, que está ubicado en avenida Argentina en Barrio Alto Valle S/N, entre ruta y 21 de septiembre. Allí la inmensa mayoría de sus miembros son mujeres. Eran 160 y ahora se incorporaron 18 más, es decir 178. Su presidenta en la actualidad es Alicia Colarte. En este lugar no sólo se entrega el bolsón de mercadería, como en la mayoría de los centros, sino que además, se ha incorporado en los últimos tiempos, clases de gimnasia para los adultos mayores, nutrición, psicología, taller de pintura, de costura, masoterapia, pedicuría y hasta un ballet de danzas folclóricas, con el cual se presentan en cada fecha importante e incluso visitan otros departamentos con el fin de mostrar el arte de la danza criolla. Esto hace que la institución sea muy activa. Tanto la presidente como otras mujeres de la entidad, coinciden en opinar que tener actividades hace que el grupo sea cada vez más vital. Esto produce una renovación en las personas, desde el punto de vista anímico, las personas están también más saludables.

Alicia dice como ejemplo que muchas señoras llegaron con el ánimo bajo; pero a través del tiempo, las actividades, esperanza y alegría, les cambió el ánimo y ahora son otras personas, disfrutan más de la vida. Las actividades las realizan en la sede propia cedida en la época del intendente Filomeno Atampiz allá por 1996. De ahí en más, los jubilados se pusieron a trabajar hasta levantar paredes y techos, donde albergan ilusiones, trabajo y mucha alegría para trabajar en pos de los adultos mayores zondinos.