Para evitar que se genere un cuello de botella en Tribunales una vez que se levanten las medidas de restricción por la cuarentena, la Corte de Justicia tomó una medida clave en medio de la feria judicial extraordinaria. Además de disponer que los jueces avancen en la resolución de las causas, los habilitó para que comuniquen sus fallos a los abogados, sin que esto implique que comiencen a correr los plazos procesales que hoy están suspendidos. En la práctica, la medida permitirá que los profesionales sean informados de los progresos y las resoluciones de los expedientes, por lo que podrán trabajar en los escritos que luego presentarán cuando se normalice la atención al público, como una apelación.
La medida fue dictada y comunicada el martes por la Sala de Superintendencia de la Corte, que preside la titular del Poder Judicial, Adriana García Nieto, y que integran Daniel Olivares Yapur y Marcelo Lima. La disposición estará vigente hasta que finalice la feria extraordinaria. Según explicó la presidente de la Corte, "esto permitirá aliviar el trabajo administrativo para que, cuando se decida dar curso a los plazos procesales, podamos recibir y decidir, en un tiempo razonable, los planteos que se presenten".
En términos administrativos, que se les permita a los jueces sacar sus fallos se traduce en que ahora lo podrán subir al sistema informático del Poder Judicial. Antes, y de acuerdo a la ordenada que dispuso la Corte, los magistrados que no estaban de turno durante esta feria extraordinaria estaban obligados a seguir trabajando a puertas cerradas y avanzar en expedientes atrasados. Si tomaban una decisión, debían esperar a que la feria se levantara para cargarlo en el sistema, mecanismo que, a su vez, notifica de manera electrónica a las partes involucradas. De haber continuado bajo ese formato, el día que se habilitara el trabajo en Tribunales se hubieran cargado, en un solo día, todas las resoluciones que tomaron los jueces durante el freno sanitario. Y lo mismo hubiera ocurrido con las notificaciones a los abogados. Ahora, una vez que un juez dicte un fallo o una providencia, lo cargará en el sistema y éste avisará al abogado, quien podrá ver y evaluar el escrito, pero no podrá hacer ningún planteo. Para eso, deberá esperar a que se levante la feria.
Un antecedente cercano sobre saturación de causas y de cúmulo de abogados ocurrió en el Anexo Mitre. Para favorecer el traslado de los juzgados Laborales y de Familia, la Corte suspendió los plazos procesales en los últimos cuatro días laborales de febrero. La medida derivó que en los primeros días de marzo se generaron colas de letrados que llegaron al nuevo edificio para conocer el avance de los expedientes y notificarse de las resoluciones. Ante la cantidad de gente y las demoras, hubo quejas del Foro de Abogados, por lo que la Corte dispuso más personal para atender al público y medidas para notificar a los abogados sin necesidad de ir al edificio. Ahora, por la pandemia, el freno se produjo en todos los fueros y por más de 30 días, por eso "queremos evitar el acumulamiento y que se permita trabajar a los abogados", dijo García Nieto. Por su parte, el presidente del Foro, Gustavo Giaccagli, festejó la medida e indicó que "permitirá ganar mucho tiempo al tener los plazos suspendidos". Además, fuentes judiciales indicaron que el hecho de que los abogados puedan ver las resoluciones servirá de control para el trabajo de los jueces.
- Relevamiento fuero por fuero
La presidente de la Corte de Justicia, Adriana García Nieto, encabezó las recorridas que se realizaron esta semana en los diferentes edificios judiciales. El lunes estuvo, junto al secretario Administrativo, Javier Vera, en Flagrancia. Al día siguiente visitó el Anexo Mitre, donde están ubicados los Juzgados Laborales y de Familia, mientras que el miércoles estuvo en las oficinas de Ejecuciones Fiscales.
En todas sus visitas, la cortista dialogó con los diferentes jueces para ponerse al tanto sobre los mecanismos con los que están trabajando en cada Juzgado, al igual que con su personal. Hizo especial hincapié en Flagrancia, ya que es el edificio que más trabajo tiene a causa del aislamiento.