El trompo, remontar volantines o barriletes, como le dicen en otros lugares como Buenos Aires. El juego de las figuritas, saltar la soga, la pilladita, las escondidas, jugar al fútbol en baldíos, plazas o en la calle y un sinnúmero de juegos más, eran el común denominador en los juegos infantiles y adolescentes de hace unos 30 años y más atrás también. Esos juegos despertaban la imaginación, creatividad, generaban vínculos de amistad y valores como compañerismo, solidaridad, entre otros. La pregunta es ¿qué le pasó a la sociedad? Según los especialistas, la tecnología arrasó con todo eso. Los juegos en red, sumados a otros de tipo interactivo. Y más aún otros juegos, siempre con una pantalla como vínculo, que en estos días se resume en la palabra: celular.
Es que esos juegos "antiguos" fomentaban un culto a la sana amistad. A modo de ejemplo, por aquellos días de la década de 1970, había un baldío ubicado detrás de la Villa Lourdes y de lo que hoy es el Barrio Aramburu, pero que en esas épocas eran sólo parrales. Estos terrenos estaban ubicados en Rivadavia, límite con Capital. Allí, los niños y adolescentes jugaban al fútbol, a las balitas, al ladrillo, al tejo, los trompos y volantines. Hasta se hacía la preselección y finalmente la selección de fútbol que representaría a una empresa en los multitudinarios torneos de "Baby Fútbol", que se llevaban a cabo en el Club Colón Junior. Ese baldío en sí, era un auténtico polideportivo. Nadie organizaba, pero todas las actividades tenían un orden. Por momentos, se veían grupos de chicos jugar al fútbol, mientras otros lo hacían a las balitas o elevar volantines de distintos tamaños hechos con diversos materiales como papel crepé o bolsas de nylon.
Este era uno de las decenas de baldíos y espacios al aire libre que elegían los chicos de San Juan como lugares de reunión para jugar y compartir entre amigos. En la actualidad, en distintos países de América latina, como Chile, Colombia, Perú y Uruguay, se está trabajando desde las distintas áreas de gobierno para fomentar estos juegos del pasado. Todo con la intención de generar en niños y adolescentes el entusiasmo por aprender y compartir juegos de ayer para volver a incentivar la cultura de la creatividad.
Por José Correa
DIARIO DE CUYO
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Los antiguos juegos infantiles generan creatividad y fomentan valores morales. En otros países se incentiva su desarrollo.
