El juez de Garantías Federico Rodríguez este miércoles dio por cerrada la investigación y elevó a juicio la causa contra el psicólogo y profesor de Historia David Pes (36), acusado de haber abusado sexualmente de una jovencita de 19 años que fue su paciente y también su alumna.
El fiscal coordinador de la UFI Cavig Roberto Ginsberg (asistido por la ayudante fiscal Yanina Márquez) anticipó que buscará una condena de 12 años de cárcel para el imputado. Esa pretensión es provisoria. Mientras que la defensora Sandra Leveque buscará que su cliente sea absuelto.
En la audiencia de hoy, las partes presentaron las pruebas que se ventilarán en el debate, que aún no tiene fecha. Fiscalía cuenta con 23 testigos, mientras que la Defensa aportará otros 6. Lo que declaren esas 29 personas será clave para la resolución del caso, coincidieron en la Justicia.
De los 23 testigos aportados por el MPF, resaltan tres amigas de la presunta víctima, la madre, una prima, una excuñada, su nutricionista y una conocida. También serán parte varios psicólogos y psiquiatras que la atendieron de manera particular y otros como parte del proceso judicial.
Pes pasó dos meses en la cárcel de Chimbas y casi dos más con prisión preventiva domiciliaria. Al juico llega en libertad.
Por el lado de la Defensa, uno de los testigos es un hombre que estuvo en la fiesta donde se encontraron Pes y la denunciante. Esa persona tuvo interacción con ambos, dijo Leveque. Además, manifestó que cuatro de los atestiguantes son mujeres que son o fueron pacientes de Pes, con la intención de que relaten cómo es la interacción del psicólogo en las consultas y durante los tratamientos.
LA TEORÍA DE FISCALÍA
Según la denuncia, todo pasó en la madrugada del 3 de diciembre pasado, cuando el psicólogo y su exalumna coincidieron en una fiesta de egresados en Santa Lucía. Ella dijo que su exterapeuta buscó contactarla durante toda la noche y se ofreció a llevarla en su auto, y que un tramo de ese recorrido se hizo con una compañera a la que dejaron primero para luego desviarse hacia un lugar donde la obligó a tener sexo y, además, le borró de su celular todos los mensajes que mantuvieron esa noche. Esa es la versión que buscará probar el MPF.
Para el fiscal del caso, Roberto Ginsberg, el estado psicológico de la denunciante es un claro indicio de su vulnerabilidad y de cómo el imputado se aprovechó de esa situación, argumento que fue apoyado por el abogado de la denunciante, Andrés Noguera.
LA TEORÍA DEL IMPUTADO
Cuando declaró, el 7 de agosto pasado, el imputado Pes utilizó hasta una pequeña pizarra para dar su versión de por qué no violó a esa chica y deslizó que pudo ser "por despecho" la denuncia en su contra, ya que luego de las prácticas de sexo oral "consentidas" que mantuvieron, él le dijo que tenía novia y en otra ocasión hasta lo vio con quien era su pareja.
Pes dividió su relato en cuatro tramos: el proceso de dos o tres meses en que la trató porque no andaba bien en la facultad; el encuentro en la fiesta de egresados en el que "nos sedujimos"; el momento en que se practicaron sexo oral en su auto; y la despedida, cuando la llevó a su casa, le dijo que tenía novia y ella se disgustó al saberlo.
Además de su relato, su defensa consiguió que la denunciante sea sometida a una pericia psiquiátrica, pues sostienen que puede tener otra "patología de base", que pudo confundir a los psicólogos que la entrevistaron y descubrieron indicadores de una víctima de abuso sexual.
EL RELATO COMPLETO DE LA DENUNCIANTE
La presunta víctima es una chica de 19 años que fue alumna de Pes en un colegio privado de Capital. Este diario accedió a detalles de la denuncia. Según fuentes judiciales, la denunciante tuvo al acusado como profesor en primer año y después desde tercero hasta que finalizó el secundario. Tras finalizar el colegio, asistió entre marzo y mayo de 2021 a sesiones de terapia con Pes. En la denuncia consta que ella se sintió incómoda en varias sesiones porque él se refería mucho a situaciones sexuales. Entonces decidió no asistir más.
Luego de eso, lo vuelve a encontrar el pasado 3 de diciembre en un baile de egresados. Ella había ido porque se recibían dos primos y, además, se iba a reencontrar con sus excompañeros, debido a que, por la pandemia, no tuvieron su propio baile de egresados.
La joven estaba con sus familiares y en el contexto de la fiesta tuvo contacto con Pes porque los jóvenes hicieron rondas y bailaron con sus expreceptores y exprofesores, explicaron los voceros.
Durante la noche hubo diversas situaciones que no le gustaron a la víctima. La chica refirió que en un momento en que charlaban, él le dijo: "por favor, no me mires". Después le preguntó: "¿cuándo vas a volver a terapia?". Ella le respondió: "Cuando me digas". Ante esto, él respondió: "Vamos al consultorio ahora" (eran las 5 de la mañana).
A la joven no le gustaron esos comentarios, por lo que se alejó y se juntó con su prima. En ese momento, recibió un mensaje de Pes diciéndole que estaba afuera en un auto y que la quería llevar. Como su madre ya se había ido decidió decirle que sí y subió a ese vehículo blanco en el asiento del acompañante, mientras que su prima se sentó atrás.
Siempre según el testimonio de la víctima, dejaron a la prima en su casa y ni bien salieron de ahí él empezó a tocarle las piernas, después le corrió la ropa íntima y le introdujo los dedos. Ella se quedó paralizada y no supo qué decir. Él le pidió ir al consultorio, pero ella no podía decir nada. En ese momento, él paró el auto, le dijo: "no aguanto más", se abrió el pantalón y llevó la cabeza de la joven hacia sus partes íntimas para después eyacular en su boca. Luego de eso, le hizo sexo oral a ella.
Una vez que se incorporó, ella le pidió ir a su casa. En ese momento el psicólogo le dijo que la iba a llevar pero si "me la chupás de nuevo". Ahí repitió todo.
Cuando pudo volver a sentarse, ella empezó a llorar y a mirar por la ventana del vehículo como dándole la espalda a Pes. Él empezó a hablar como si nada, ella le repitió que la llevara a su casa.
Al llegar, él le pidió su teléfono y borró todos los chats que se habían enviado. Después tomó su propio teléfono, hizo lo mismo y se lo mostró. Recién ahí ella pudo bajar del auto.
La chica no le dijo a nadie lo que le había pasado. Pero al fin de semana siguiente volvió a verlo en otro evento y sufrió un ataque de pánico. Llorando, les pidió a sus amigas irse del lugar y recién después pudo contarle parte de lo que le había sucedido a una de sus amigas.
De esa forma estalló la denuncia que ahora tiene al sospechoso tras las cuerdas.