Señor director:
La realidad es que mientras algunos dirigentes siguen hablando frívolamente de muerte digna, la regulación de la eutanasia y el suicidio asistido que pretenden, están aliñadas con una agenda mediática. En España, por ejemplo, sigue sin haber una regulación nacional de los cuidados paliativos ni un acceso adecuado a ellos en la mayoría de los hospitales, cuando sobre esto sí existe una gran demanda. Además, la eutanasia es ajena por completo al ejercicio de la medicina, desde sus orígenes. El Juramento Hipocrático, del siglo V antes de Cristo, ya recoge que el médico no debe acceder a pretensiones que busquen la administración de venenos, ni sugerir a nadie cosa semejante. Eliminar a un ser humano no es digno. Y es, además, totalmente ajeno al ejercicio de la medicina, que trata de curar siempre que se puede; aliviar cuando curar no es posible; y en todo caso siempre acompañar y consolar al enfermo.
