Kevin Spacey, que en 2017 vio su exitosa carrera destrozada por acusaciones de agresión sexual en Estados Unidos que posteriormente fueron retiradas, quedó este jueves en libertad bajo fianza tras comparecer ante un tribunal de Londres acusado de cuatro delitos sexuales.

Con semblante tranquilo y seguro, la estrella de Hollywood, de 62 años, se presentó voluntariamente ante el Tribunal de Magistrados de Westminster, a cuyas puertas lo esperaba una multitud de periodistas, para hacer frente a unos cargos que él niega.

La fiscalía reconoció su "total cooperación" en la investigación, pero solicitó que debiese entregar su pasaporte y dormir en su residencia londinense a la espera de la próxima vista, que el juez fijó para el 14 de julio en el Tribunal de la Corona de Southwark, en el sur de Londres.

El magistrado tuvo sin embargo en cuenta que el actor había comparecido voluntariamente y no le impuso ninguna medida cautelar.

"Tiene que responder a estos cargos si quiere seguir adelante con su vida", argumentó su abogado. "¿Dónde se va a esconder? Vive en Estados Unidos y es extraditable. Su familia, su perro de nueve años están en Estados Unidos", insistió.

"Su trabajo requiere que vaya a reuniones, que se presente a castings, que se reúna con directores y guionistas", defendió, declarándose convencido de que Spacey "seguirá compareciendo" ante la justicia británica.