El gobernador bonaerense Axel Kicillof anunció hoy que unos 39 mil oficiales de la policía bonaerense "pasarán a percibir un salario de bolsillo de 44 mil pesos".
Según Kicillof, con esta decisión "comienza una equiparación del salario con el de la Policía Federal Argentina". "Quiero anunciar que he tomado la decisión política de fondo que viene a saldar una deuda con la policía", sostuvo.
Además, afirmó que aumentará "a 120 pesos las denominadas horas Core". Y triplicará "el monto que se le da para la compra de los uniformes". "Vamos a convertir esa cifra en $5000", detalló.
En ese marco, anticipó que "se pondrá en marcha el instituto universitario Juan Vucetich que permitirá avanzar en la jerarquización de las fuerzas".
Durante el anuncio de mejoras salariales para los uniformados, Kicillof volvió a criticar con dureza la gestión de María Eugenia Vidal. Y cuestionó a los policías por haber llevado la protesta a la residencia de la gobernación y a la quinta de Olivos.
"Si esto es un reclamo salarial y de condiciones de trabajo, estamos dando una respuesta contundente e histórica, de fondo. En otro caso, vamos a comprender que es una cuestión política y totalmente distinta", lanzó Kicillof.
Luego de cuatro días de protestas en la Policía de la provincia de Buenos Aires, Kicillof dio un muestra pública de fuerte respaldo a su ministro de Seguridad Sergio Berni.
De este modo, Kicillof hizo un gesto de autoridad hacia el ministro de Seguridad destinado especialmente al interior de la tropa que desde el lunes se manifiesta en distintos puntos de la provincia con sirenas, bocinazos y eventuales cese de tareas.
La autoridad del ministro quedó cuestionada por algunos de los uniformados sublevados que luego de exigir "que baje Berni" en las primeras horas de la protesta, exigieron más tarde ser atendidos por el gobernador. El gesto estará destinado a ratificar orden y autoridad en la cadena de mando.
Nadie lo reconocerá en público, pero hay una herida que supura en la conducción de la fuerza de seguridad más grande del país. El eslabón que quedó más expuesto es Daniel García, jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires.
Es que algunos de los uniformados a cargo de García, en un acto rayano con la sedición, se trasladaron ayer a la Quinta Presidencial de Olivos: allí los uniformados se negaron a ingresar a pedido del vocero presidencial, Juan Pablo Biondi y exigieron en cambio, la presencia del Jefe de Estado, Alberto Fernández. Todos reclamos inadmisibles para el Poder Ejecutivo.