El alemán Marcel Kittel (Quick Step) consiguió este jueves el doblete en el Tour de Francia tras mostrarse superior al esprint en la sexta etapa, disputada entre Vesoul y Troyes sobre 216 kilómetros, en una jornada de calor y de transición en la general, en la que sigue al frente el británico Chris Froome (Sky).

 

Kittel, de 29 años, volvió a mostrarse imperial en la recta de meta y alzó los brazos de nuevo, cuatro días de su estreno en Lieja. Respondió a los ataques del francés Arnaud Demare (La Francaise) y de su compatriota germano André Greipel (Lotto Soudal), segundo y tercero.

 

Victoria autoritaria, la undécima de Kittel en el Tour, un paso más en su lucha por el maillot verde, que de momento reposa en las espaldas de Demare, dispuesto a ser el primer francés en llevar con el jersey por puntos a París, lo que no sucede desde 1995 con Jalabert.

 

Día tranquilo, a pesar del calor, para los favoritos, sin cambios en la general después de su primera batalla de montaña. Froome cumplió su día número 45 con el maillot amarillo en Troyes, donde casi todo se celebra con el champán de la región. Le sigue su compañero Geraint Thomas a 12 segundos y Fabio Aru a 14. Alberto Contador es octavo a 52 y Nairo Quintana le sigue a 54, ambos pensando en la etapa de montaña del domingo en los montes del Jura.

 

Larga jornada en la que enseguida se animaron Quemeneur (Direct Energie), Backaert (Wanty) y Vegard Stake Laengen (UAE) para lanzarse a un sueño imposible. La llamada escapada publicitaria, que sirve para mostrar al menos el maillot de los equipos más modestos.

 

 

La fuga llegó a la localidad de Colombey-les-Deux-Eglises (km 135) con 2.10 minutos de adelanto, el pueblo natal del expresidente Charles de Gaulle, quien vio pasar el Tour de 1960 desde la cuneta. En aquella ocasión paró el pelotón para que el líder de la carrera, Gastone Nencini, saludara al general.

 

Esta vez no paró nadie. La escapada de la ilusión rodaba camino de Troyes, desafiando al calor y a un pelotón que dormitaba sin peligro para los velocistas. El vuelo de la sombrilla de un aficionado fue el único sobresalto para el grupo en su jornada de transición y recarga de baterías tras el primer asalto de montaña.

 

Claudicaron los tres valientes tras más de 200 kilómetros de aventura, a 3 kilómetros de meta, cuando la marabunta les pasó como una exhalación. Empezaba la etapa de verdad, con los ‘guepardos‘ oliendo sangre.
   

 

Quick Step y Lotto Soudal pusieron al pelotón en fila, pero como sucede en los últimos tiempos, ningún equipo llega a imponer su treno de forma autoritaria. Muchos equipos y muchos candidatos, aún con Sagan y Cavendish ausentes.

 

Una llegada larga, con curvas e infinita recta de llegada. Greipel quería sumarse a la fiesta y arrancó de lejos, Demare se coló por la izquierda jugándose el pellejo, pero por el lado contrario apareció el enorme Kittel para poner el número 11 en su palmarés en el Tour.

 

Un grandioso velocista que se aficionó a la bicicleta con 13 años después de probar en el atletismo. Su madre fue saltadora de altura. Precisamente en un viaje a los Alpes se enganchó a la bici. Nunca se imaginó que iba a ser uno de los grandes esprinters del Tour de Francia. ‘Estoy muy orgulloso de repetir victoria en la mejor
carrera del mundo‘.

 

La séptima etapa vuelve a ofrecer un escenario propicio para los velocistas, 213,5 kilómetros entre Troyes y Nuits-Saint-Georges con una sola cota de cuarta en el trayecto.